viernes, 5 de abril de 2013

Hola soy Manuel os dejo aquí una entrada del nacismo y el fascismo. Espero que os sirva de ayuda. Un saludo.

Nacismo y Fascismo.

1. Introducción
 
En decisión grupal elegimos el tema de fascismo ya que al conversar sobre el tema comenzaron a surgirnos dudas y gran interés con respecto al tema. Uno de nuestros objetivos al realizar esta investigación fue entender por qué causa los países europeos llegaron al punto tal de crisis en todo punto de vista que decidieron votar y seguir la doctrina fascista, siendo ésta tan perjudicial para ellos a medida que se desarrolló.
Tratamos de explicar en términos generales su surgimiento y desarrollo, y las consecuencias que trajo luego tanto para los países europeos como para el resto del mundo.
A la vez, quisimos lograr adquirir un buen conocimiento del significado de la palabra "fascismo" y con esto descubrir la importancia de no olvidar.
En este trabajo hablaremos del fascismo en relación a su contexto histórico, mencionando como referencia cronológica la Primer y Segunda Guerra Mundial, con sus causas, desarrollo y consecuencias.
 
2. Definiciones

Nacionalismo
Ideología política y social que corresponde el concepto de nación con el de Estado. Aunque tradicionalmente se ha llamado nacionalismo al pensamiento político relativo a la consecución de la independencia nacional, para los pueblos y las etnias, el término también corresponde a la actividad e un Estado. En esta ocasión, el nacionalismo sería la cohesión de los ciudadanos de ese país en base a su procedencia, por encima de diferencias sociales de clase. Ernerst Gellner dio una definición que es la que habitualmente se utiliza: "Principio que afirma que la unidad política y nacional deben ser congruentes".
El nacionalismo surgió con la Revolución Francesa y la formación de los Estados. Así decenas de comunidades europeas no ligadas a los Estados conformados, reivindicaron su derecho a la soberanía, en función de su identidad propia. Movimientos hasta entonces sin definición política, se apresuraron a defender su estatus.
Con la descolonización y el sello que dejó Hitler al concepto de nacionalismo, surgió la expresión "nacionalismo revolucionario" para designar procesos de emancipación nacional de distintas clases.
Nación
Es la comunidad que se piensa a sí misma como sujeto de relaciones sociales, institucionales, históricas, políticas, culturales y, en general, para todas las manifestaciones de la convivencia humana.
En la constitución de esta comunidad autoconsciente, intervienen procesos históricos, étnicos, de conflictividad social, de linealidad y de comunicación lingüística, de estabilidad territorial o, incluso otras variables de raza, religión y demás, sin que ninguno de ellos sea exclusivo o determinante. Es, en definitiva, un proyecto de soberanía, de legitimidad, de supervivencia, de autodefensa, de economía.
La segunda de las interpretaciones, el Estado-Nación, corresponde a las renovaciones políticas surgidas de la Revolución Francesa y el triunfo de la ideología burguesa.
Nazismo
El nazismo es, en su origen, la ideología oficial del NSDAP (Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes) comúnmente conocido como Partido Nazi. Su fundamento no tuvo excesiva elaboración teórica, apropiándose, en gran medida, de las ideas fascistas según las cuales el Estado, para reservar su cohesión y unidad, debía de ser totalitario. Para el nazismo, este argumento fue compaginado con la máxima racista de superioridad de la raza aria sobre el resto. La admiración por la fuerza bruta y el culto al jefe único fueron otras dos nuevas aportaciones del nazismo. La situación social y económica de Alemania después de la Primera Guerra Mundial y el oportunismo de Hitler hicieron el resto. Hitler y el Partido Nazi lograron un apoyo popular de gran magnitud como para animar a Alemania a lanzarse a la conquista de Europa, en lo que fue la Segunda Guerra Mundial.
Desde sectores de izquierda el nazismo ha sido denunciado como un producto inevitable del capitalismo y, sobre todo, como fruto de las tendencias imperialistas de los Estados más fuertes. Según estas impresiones, el germen capitalista que impregna la sociedad hace posible expresiones de este tipo que cíclicamente atenazan a la humanidad...
 
3. Biografías

Benito Amílcare Andrea Mussolini:
En el año 1883 nace el 29 de julio en Dovia, distrito de Predappio, localidad de la Romañia situada a dieciséis kilómetros de Forli, el primer hijo del cerrajero Alessandro Mussolini y de la maestra Rosa Maltoni.
En 1892 es inscripto en el Colegio Salesiano de Faenza, de donde es expulsado dos años después por mala disciplina.
El 8 de julio de 1901 obtiene la licencia de la Real Escuela Normal con diploma de honor y elogio solemne. Un año mas tarde, después de haber enseñado por algunos meses decide probar suerte trasladándose a Suiza. En Lausana entra en relación con los grupos socialistas italianos y colabora en el semanario "L´Avvenire del lavoratore". Al año siguiente es arrestado por motivos políticos, y encarcelado por doce días, luego se lo expulsa y entrega a la policía italiana, que poco después lo deja en libertad. Al cabo de pocos días vuelve a Suiza, donde permanecerá todavía por un año y medio.
En 1904 realiza una gira de conferencias hablando contra la religión y sosteniendo debates públicos sobre la existencia de Dios. El éxito obtenido lo estimula a publicar su primer libro, un folleto de tosca propaganda atea: "El hombre y la divinidad". En mayo se escribe en la Universidad de Lausana, en el Instituto de Ciencias Naturales. A fin de año vuelve a Italia.
En 1905 presta servicio en un regimiento de bersaglieri que tiene asiento en Verona. El 19 de febrero muere su madre.
A los dos años vuelve a la enseñanza en un distrito de la comuna de Tolomezzo. Obtiene el diploma de habilitación para la enseñanza de francés.
En 1908 retorna a su localidad natal donde comienza a dedicarse exclusivamente a la política, como militante del partido socialista. Un año después dirige la cámara del trabajo de Forli. Se traslada a Trento, como secretario de la cámara del trabajo y director del semanario socialista local, también colabora en el diario "Il popolo". En octubre se pone a la cabeza del partido socialista de Forli en cuyas filas permanecerá hasta 1914.
En 1910 muere su padre. Se convierte en redactor del periódico "¡Avanti!". Al año siguiente es condenado a siete meses de cárcel por haber participado en los motines contra la guerra de Libia. En marzo de 1912 recupera la libertad. En julio se traslada a Reggio Emilia para asistir al congreso nacional del partido socialista. Se convierte en uno de los lideres de la corriente socialista revolucionaria y hace expulsar del partido a los reformistas. Al año siguiente, en las primeras elecciones realizadas con sufragio universal, se presenta como candidato por el distrito de Forli, pero no es elegido.
En 1914 en el congreso nacional del PSI realizado en Ancona, contribuye a la expulsión de los Masones. El 15 de noviembre sale el primer número del diario "Il popolo d´Italia", formado por él para poder realizar su campaña a favor de que Italia participara en la guerra, es sella la ruptura con el partido socialista, que se lo expulsa formalmente el 24 de noviembre. El 24 de mayo de 1915 Italia entra en guerra contra los Imperios Centrales. Mussolini es llamado a las armas y parta para el frente con los bersaglieri.
El 29 de febrero de 1916 se lo asciende a cabo. Es herido por un proyectil que explota mientras se ejercitaba con un lanzabombas. El 16 de noviembre se presenta en las elecciones en Milán, pero es derrotado.
En 1921, transforma el movimiento fascista en partido. En Milán se lo elige diputado.
En 1922, después de haber fijado en una reunión de la dirección fascista en Nápoles la fecha precisa de la marcha sobre Roma (28 de octubre), vuelve a Milán, donde reinicia las conversaciones para hallar una solución pacifica entre el gobierno y los fascistas.
Nombrado por el Rey, después de la marcha, para presidir el Consejo, se traslada a Roma donde forma su primer gobierno de coalición. El 12 de enero de 1923 convoca al Gran Consejo del Fascismo y disuelve todos los grupos formados para armar la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional.
En las elecciones de abril de 1924, las listas fascistas obtienen el 60% de los votos. El diputado socialista Giácomo Matettoni denuncia en la prensa y en el Parlamento las intrigas electorales y los abusos de los fascistas. La impresión en el país es enorme.
Mussolini ordena a algunos miembros del grupo de choque que castiguen severamente a Matettoni, quien es asesinado el 10 de junio. La ola de indignación que se levanta en todo el país por este grave delito, amenaza con echar a Mussolini abajo y con él al fascismo.
En 1925, con el discurso pronunciado en la Cámara de Diputados, Mussolini recupera el dominio de la situación.
Después de suprimir periódicos de oposición y partidos políticos, y de crear instituciones judiciales extraordinarias, el fascismo se convierte finalmente en una dictadura.
El 11 de febrero firma el acuerdo del "Pacto de Letrán", que es rectificado en junio a pesar de los incidentes.
En 1933 suscribe el Pacto de los Cuatro junto con los gobiernos de Francia, Inglaterra y Alemania, para asegurar la paz en Europa. Al año siguiente, un problema fronterizo en Ual-Ual le permite provocar la agresión de Abisinia.
En 1935, obtiene del ministro francés Laval la promesa de desinteresarse de los territorios franceses sobre los cuales Italia aspira obtener el protectorado.
El 9 de mayo, Mussolini proclama la constitución del Imperio. El 17 de julio firma un tratado de alianza con Franco, en el cual se compromete a ayudar a los franquistas en la guerra civil. También se alía con Hitler, y en la primera visita oficial a Alemania sella el acercamiento entre las dos dictaduras, el retiro de Italia de la sociedad de las naciones es su primer consecuencia política. En 1938 Mussolini copia la política interna de Hitler, y lanza la campaña antisemita, de carácter discriminatorio y persecutorio con respecto a los judíos.
En 1939 Mussolini estipula con Alemania el tratado de alianza militar llamado "Pacto de acero". Sin embargo, la agresión de Alemania contra Polonia y el estallido de la guerra mundial encuentran a Mussolini vacilante en cuanto a seguir a su aliado en esa aventura.
Entre 1941 y 1943 la marcha progresivamente desastrosa de la guerra pone a Mussolini cada vez mas a remolque de la iniciativa política y militar de Hitler.
En la tarde del 14 de julio de 1943 se reúne el Gran Consejo del Fascismo, después del desembarco aliado en Sicilia. Se aprueba por mayoría, durante la noche, una orden del día presentada por Grandi: es la derrota de Mussolini, quien, en la tarde del 25 de julio es arrestado por orden del rey a cuya sede se había trasladado para relatar los acontecimientos de la noche anterior. El 12 de septiembre un grupo de asalto alemán irrumpe en la villa de Gran Sasso, donde Mussolini se encuentra arrestado, y lo libera llevándolo a Alemania. El 18 de septiembre Mussolini anuncia por radio la constitución de la República Social Italiana, en los territorios de Italia septentrional, todavía ocupados por alemanes.
El 10 de enero de 1944 el Tribunal de Verona condena a muerte a los miembros del Gran Consejo culpables por haber votado la orden del día de Grandi. Entre los condenados y fusilados se encuentra el yerno de Mussolini, Galeazzo Giano.
En 1945, en los primeros días, Mussolini se traslada de Gargnano a Milán en un supremo intento de realizar negociaciones de rendición con los aliados. Se le responde que la rendición debe ser incondicional. El 27 de abril se une a una columna motorizada alemana que se dirige hacia el norte, pero en Dongo la columna es detenida por guerrilleros, revisada y Mussolini arrestado junto con otros italianos.
A las quince horas del 28 de abril, frente a una villa cercana a Giulino di Mezzegra, Benito Mussolini es fusilado por los guerrilleros.
Hitler, Adolf
Nace el 20 de mayo de 1889 en Braunau, ciudad sobre el Inn en la frontera austro-bárbara.
En 1918,después de 6 años de vagabundeo y miseria, Hitler se traslada en mayo a Munich.
Entre 1914 y 1918 toma parte en la guerra, en el ejército bárbaro. Obtiene el grado de cabo y es condecorado con la cruz de hierro de primer grado.
Como oficial instructor, en septiembre de 1919 participa en una reunión del Partido Obrero Alemán, del cual se convierte en propagandista.
El 25 de febrero de 1920 presenta en una de las reuniones su programa de 25 puntos del movimiento, rebautizado ‘Partido Nacional Socialista de los Obreros Alemanes’
El 8 de noviembre de 1923, se produce un golpe de estado en Munich. Al día siguiente, en una manifestación, Hitler es arrestado y su partido fue puesto fuera de ley.
En 1924 después de haber sido condenado a 5 años e prisión, el Fuhrer es liberado el 2 de diciembre.
Durante dicha reclusión escribió Mil Lucha
En las elecciones del Reichstag, en mayo de 1928, el partido nazi obtiene 12 de las 491 bancas.
El 4 de septiembre de 1930 el NSDAP obtiene 107 bancas en el parlamento.
El 18 de septiembre de 1931 Geli Raubal.
El primero de abril de 1932, en las elecciones electorales, Hitler obtiene 13,5 millones de votos. Hindenburg es reelecto.
El 3 de enero de 1933 Hitler es nombrado canciller. El 24 de marzo recibe plenos poderes por cuatro años.
El 30 de junio de 1934 se produce una mascare de los jefes de la S.A., en ‘la noche de los cuchillos largos’ El 2 de agosto, muere Hindenburg, y Hitler se convierte en Fuhrer y Canciller del Reich.
El 15 de septiembre, un año mas tarde, se les priva a los judíos de sus derechos y de la ciudadanía, mediante la Ley de Nuremberg.
El 5 de noviembre de 1937, Hitler precisa sus fine políticos a los oficiales superiores.
Una año mas tarde, el 4 de febrero, asume el mando del ejército.
El primero de septiembre de 1939, se produce el ataque alemán a Polonia, lo que produce el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El 9 de noviembre se produjo un intento de asesinar a Hitler, urgido por la Gestapo con fines de propaganda.
El 24 de enero de 1942, se produjo la adopción de la ‘solución final’ para el problema judío.
El 13 de marzo de 1943 fracasó el atentado preparado por los rusos.
El 20 de julio de 1944 se produjo un atentado contra el cuartel general en Rasatenburg.
El 30 de abril de 1945, el Fuhrer se suicidó, junto con Eva Braun, en el búnker de la cancillería.
El 8 de mayo se produjo la capitulación incondicional de las fuerzas armadas del Reich.
Francisco, Franco
Autoritario y paternalista, Franco "el caudillo" gobernó España durante casi cuatro decenios, en un periodo en el que sentó las bases de la moderna economía española, pero retrasó el desarrollo político del país y su integración a Europa y al sistema de las naciones desarrolladas de mercado libre.
Francisco Franco Bahamonde nació el 4 de diciembre de 1892 en la ciudad gallega de El Ferrol, España. En 1907 ingresó en la academia de infantería de Toledo y en 1912 fue destinado a Marruecos, donde pronto mostró dotes de mando y obtuvo varios ascensos por antigüedad y por acciones de combate contras las tribus (cabilas) de la región del Rif. En 1920 fue elegido segundo en el mando del llamado tercio de extranjeros o tercio de la Legión, cuerpo a cuya jefatura accedió tres años mas tarde. Durante las campañas contra los rebeldes marroquíes, Franco se convirtió en héroe nacional y en 1926, a los 33 años, fue ascendido a general, por lo que paso a ser el más joven militar de tal rango en los ejércitos de Europa. Posteriormente seria nombrado director de la Academia, General Militar de Zaragoza.
Tras el derrocamiento de la monarquía en 1931, los gobernantes de la segunda república adoptaron una política de reducción de efectivos militares, con lo cual Franco quedó en una situación de disponible al disolverse la Academia. A pesar de su declarada ideología monárquica, Franco acepto el nuevo régimen con disciplina. Cuando las fuerzas conservadoras accedieron al gobierno de la república en 1933, el general volvió al mando activo y, en octubre de 1934, fue llamado por el ministro de la guerra, Diego Hidalgo, para sofocar la revolución promovida por los miembros asturianos. A raíz de tal acción fue nombrado jefe del estado mayor central como parte de una política encaminada a la reestructuración y al fortalecimiento del estamento militar.
En las elecciones de febrero de 1936 salió victorioso el Frente Popular, coalición de partidos de izquierda. Franco fue destituido y enviado como gobernador militar a las islas Canarias. Durante un tiempo rehusó conspirar contra el gobierno, pero cuando el sistema político volvió a amenazar las condiciones del ejercito y se generalizaron los conflictos sociales decidió unirse a la prevista sublevación cuyo fin era derribar al gobierno republicano.
El 18 de julio de 1936 comenzó el lanzamiento. Al día siguiente, Franco, voló desde el archipiélago hasta la ciudad de Tetuan, en Marruecos, para tomar el mando del ejercito de Africa. Después de desembocar en la península, las tropas marcharon hacia Madrid, sede del gobierno. La muerte del general que debía encabezar la rebelión, José Sanjurjo, ocasionó polémicas sobre la jefatura del alzamiento- otros generales como Emilio Mola y Gonzalo Quiepo de Llano aspiraban a dirigirlo -, hasta que, a través de la junta de defensa nacional, Franco se hizo cargo del mando supremo como generalísimo de los ejércitos y jefe del estado español. Después de tres años de guerra civil, la superioridad cualitativa del ejército sublevado y la ayuda de los regímenes fascistas italianos y nacionalistas alemán permitieron que las tropas de Franco obtuvieran la victoria el 1 de abril de 1939.
Al concluir el conflicto, el caudillo era el jefe de un estado exhausto, con una profunda división interna y sumamente empobrecido. Una de las frases críticas de su régimen surgieron al fin de la segunda guerra mundial, cuando el gobierno franquista quedó aislado en el ámbito político internacional al ser rechazada la petición de integración de España en las Naciones Unidas. A partir de 1948 comenzó a ceder el apartamiento y progresivamente fueron regularizándose las relaciones con otros países.
La inclusión de España en los diversos foros internacionales y la, aunque lenta e irregular, efectiva evolución económica permitieron la consolidación de un régimen que, después de 36 años en vigor, desaparecerían con el propio Franco. En 1969 éste designó oficialmente como sucesor al príncipe Juan Carlos de Borbón, nieto del rey Alfonso XIII, y pretendiente nominal al trono de España, al que accedió tras la muerte de Francisco Franco, acaecida en Madrid el 20 de noviembre de 1975.
Salazar, Antonio de Oliveira:
El primer ministro portugués Antonio de Oliveira Salazar impuso, con la creación del estado novo, un régimen autoritario que, al lo largo de 36 años, anuló todo intento de oposición a su gobierno.
Salara nació en Vimieiro, Santa Comba Dao, Portugal, el 28 de abril de 1889. Se educó en el seminario de Viseu. Posteriormente acudió al la Universidad de Coimbra, donde en 1914 se graduó en derecho y desde 1819 ocupó la cátedra de economía política. Elegido en 1921 diputado de Cortes por el Centro Católico Portugués, abandonó poco después su cargo parlamentario al estar en desacuerdo con dicha institución.
En 1926, después del golpe de estado que depuso al presidente Bernardino Luis Machado Guimaraes, le fue ofrecido el Ministerio de Hacienda, puesto que solo ocuparía cinco días al no serle concedidos plenos poderes para llevar a cabo las medidas económicas proyectadas. En 1928, el presidente Antonio Oscar de Fragoso Carmona le confió nuevamente la cartera de finanzas. Esta vez con el control pleno de todos los gastos. Salara promovió entonces una austera política económica que consiguió detener los tradicionales déficit presupuestarios y estabilizar la moneda.
El 5 de julio de 1932, Carmona lo nombró primer ministro y Salara, convertido en el hombre fuerte de Portugal, hizo promulgar en 1933 la constitución del estado novo que instauró un régimen inspirado en el fascismo italiano, de carácter "unitario y corporativo". La adopción del Estatuto do Travalho Nacional, por el que quedaban integrados en un mismo organismo, sometido al control del gobierno, todas las asociaciones sindicales; la creación de organizaciones paramilitares y de la PIDE (Política Internacional y Defensa del Estado), policía política de poderes casi ilimitados; y la fundación de la Unión Nacional, partido único, fueron las medidas adoptadas por Salara para consolidar el nuevo régimen, que si bien logro la estabilización de la economía y la construcción de obras publicas, fue incapaz de prevenir el deterioro progresivo del nivel de vida.
Durante la guerra civil española (1936-1939) y la segunda guerra mundial (1939-1945), Salara se puso al frente de Ministerio de Asuntos Exteriores, desde donde dio su beneplácito, en 1937, al gobierno de España del general Francisco Franco, con el que cinco años mas tarde formaría el Pacto Ibérico, por el que Portugal y España se declaraban a favor de una política de estricta neutralidad. Tras la conflagración de europea, consiguió el ingreso de su país en la OTAN (Organización de Tratados del Atlántico Norte) en 1949 e intento mantener a toda costa las posesiones portuguesas del ultramar. Ante la adopción, por parte de los Estados Unidos y la Unión Soviética, de una política anticlonista, Salara asumió en 1916la dirección del Ministerio de Guerra, pero su gestión no consiguió detener el estallido de violentos disturbios en los dominios portugueses de Angola, Mozambique y Guinea.
Incapacitado para desempeñar el cargo de primer ministro tras sufrir un ataque de trombosis en 1968, fue reemplazado por Marcelo Caetano. Salara murió en Lisboa el 27 de julio de 1970. El régimen por él instituido apenas sobrevivió cuatro años, cuando fue abolido por el movimiento militar del 25 de abril.
4. El mundo entre dos guerras
Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial
En múltiples aspectos se vio afectada la economía mundial por las derivaciones de la Primera Guerra.
La destrucción afectó la producción en los países tocados por la Guerra. Esto, a su vez, tuvo consecuencias:
  • Los países desabastecidos debieron proveerse de lo necesario en el exterior, estimulando ello el comercio y la producción de los países proveedores, no tocados por la guerra y beneficiados con la consiguiente alza de precios.
  • Los países afectados debieron emprender un gran esfuerzo de reconstrucción, echando a mano de todos sus recursos internos y al crédito externo. Las dificultades se hicieron notar en la inestabilidad monetaria.
  • Una vez lograda la reconstrucción, y al disminuir la necesidad de abastecimiento externo, aconteció una baja de los precios que fue sentida por los proveedores que se habían beneficiado inicialmente.
La situación social de entreguerra
Durante este período, la población mundial continuó en constante ascenso aunque se produjo una pausa en el ritmo de crecimiento. Como factores entorpecedores de éste, podemos citar los millones de muertos en la "Gran Guerra", la disminución de los nacimientos por ella provocados y la declinación de las tasas de natalidad en los países más desarrollados.
Cambios en las corrientes migratorias
Ante todo, una reducción de la inmigración relacionada con el desarrollo de un nacionalismo agresivo que, de parte de los países que recibían inmigrantes, se traduce en recelos con respecto al extranjero, y de parte de los países de migración en una tendencia restrictiva de las salidas.
Estados Unidos comienza a obstaculizar la inmigración en 1921 y refuerza estas restricciones en 1924. se procura desalentar particularmente la inmigración esclava y latina.
Italia, a partir de 1928, restringe la salida de emigrantes y propicia el retorno de aquellos que habían partido para el extranjero en años anteriores.
Se produce en cambio, otro tipo de migraciones, las migraciones forzadas: armenios, griegos y otras nacionalidades balcánicas, a raíz e la reconstrucción del mapa europeo; judíos, por las persecuciones de que fueron objeto en Europa Central; españoles republicanos, después de la guerra civil.
Se hacen sentir las tendencias nacionalistas
Primero, como consecuencia de la guerra y, luego como expresión de la crisis.
En el punto extremo del nacionalismo se desarrolla en nazismo con su forma más aguda en el antisemitismo, particularmente el alemán, en la acción antinegra del Ku-Klux-Klan en los Estados Unidos.
La crisis de 1929 trastorna a la sociedad.
En primer lugar, a los obreros y campesinos que sufren o la desocupación o la rebaja de sus ingresos, pero también a las clases medias que experimentan la inestabilidad generada por la crisis; esto es particularmente grave para todos aquellos cuya ocupación o ganancias dependían de la capacidad del poder de compra de las masas populares, o cuyas rentas fijas se veían de hecho disminuidas por las devaluaciones. Las inquietudes, los temores y la búsqueda de seguridad de la clase media habrían de relacionarse con el proceso de surgimiento y desarrollo del fascismo.
Los nuevos regímenes
El desenlace de la Gran Guerra apareció como un triunfo de los regímenes democráticos, tanto en su forma de monarquía parlamentaria (Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Países Escandinavos), como en la forma republicana. Desaparecieron las grandes monarquías autoritarias (Alemania, Austriahungría, Rusia, Turquía), siendo sustituidaspor regímenes republicanos; otro tanto ocurrió con gran parte de los nuevos estados (Checoslovaquia, Polonia, Finlandia).
  • Un régimen político distinto de todos los anteriores apareció en la URSS.
  • Las luchas de partidos experimentaron un cambio: hasta entonces se trataba de luchas entre conservadores y liberales; ahora se pone en discusión la propia estructura de la sociedad y los partidos de origen marxista aumentan su actividad y su electorado, comenzando a pesar en las decisiones.
  • Aparece otra tendencia ideológica, el FASCISMO, que asume la dirección de dos países tan importantes como Italia y Alemania, influyendo fuertemente en otros estados europeos y extraeuropeos.
  • Las oposiciones políticas e ideológicas tienden a radicalizarse; en la terminología política se hace cada vez más corriente el calificativo de izquierda o derecha, que no suele ser suficientemente preciso. Los derechistas acusan a los izquierdistas de comunista, y los izquierdistas acusan a los derechistas de fascistas; lo cierto es que por temor hubo oposición al comunismo, mucha gente aceptó con benevolencia la novedad del fascismo, y más tarde, por temor u oposición al fascismo, mucha gente se aproximó al comunismo.
5. Dictadura y Democracia entre dos Guerras
Efectos de la guerra sobre la democracia y el liberalismo.
Una de las consecuencias trágicas de la primera Guerra Mundial fue la degradación de los ideales liberales y democráticos. Los pueblos fueron arteramente inducidos por un tiempo a creer que la verdad estaba al reverso de la medalla. Ardientes defensores de la causa de la Entente proclamaban que la guerra santa en defensa de los derechos de humanidad y para aplastar definitivamente el militarismo y el "gobierno irresponsable". La guerra misma parecía haber alcanzado a cumplir algunos de estos algunos de estos grandes fines. No sólo el militarismo había sido prácticamente destruido en las naciones vencidas, sino que la lista de repúblicas europeas creció significativamente con el agregado de naciones como Austria, Alemania, Polonia, Finlandia, Turquía y Checoslovaquia, transformadas en repúblicas; y hasta la absolutista Rusia pareció por un tiempo haberse plegado a la forma de gobierno liberal. No pasó mucho tiempo, sin embargo, antes de que estas grandes visiones de progreso democrático se revelaran como lo que eran en realidad: meras ilusiones. Las naciones vencidas comenzaron a desesperar del valor de la libertad y acabaron por sucumbir al mentido esplendor del gobierno fuerte en el que creyeron hallar una salida para escapar a lo que consideraban su esclavitud. Pero la democracia y la libertad no estaban demasiado seguras ni siquiera en las naciones victoriosas. Los horribles años de trágica lucha trastocaron de tal modo el orden económico de las naciones, que los gobiernos de Gran Bretaña y Francia se vieron conmovidos hasta sus cimientos por las consecuencias. Además, el caos y las penurias resultantes de la guerra desembocaron rápidamente en el derrumbe del régimen liberal en Rusia y allanaron el camino para el triunfo del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania.
6. La Revolución Fascista en Italia
Causas de la revolución fascista: nacionalismo frustrado.
La primera de las naciones de Europa Occidental que repudió los ideales liberales y democráticos fue Italia. Esto puede parecer extraño vista de que los italianos habían combatido en la Gran Guerra del lado de los vencedores. Pero debe recordarse que Italia había sido víctima durante años de un nacionalismo frustrado. Una y otra vez sus ambiciones imperiales y de poder nacional habían sido rudamente desbaratadas. En 1981, su esperanza de anexar Túnez fue repentinamente burlada por la ocupación francesa. Sus esfuerzos realizados en 1896 por conquistar a Abisinia, habían desembocado en una aplastante derrota a manos de los abisinios en la batalla de Adua. En efecto estos reveses en el ánimo de los italianos fue una sensación de humillación y vergüenza, especialmente las generaciones más jóvenes, que se volvieron llenas de desprecio contra el régimen político vigente, descargando sobre él antes que sobre las naciones extranjeras toda la responsabilidad del fracaso. Los miembros de la clase gobernante eran públicamente ridiculizados y escarnecidos, se los calificaba de viejos reblandecidos y cínicos, vacilantes, cobardes, derrotistas y corrompidos. Mucho antes de estallar la primera Guerra Mundial se hablaba ya en Italia de revolución, de la necesidad de una limpieza a fondo que librara al país de la peste de sus gobernantes incompetentes y corruptos.
Efectos desmoralizadores y humillantes de la guerra.
El establecimiento de una dictadura en Italia jamás habría sido posible sin la desmoralización y los humillantes efectos de la primera Guerra Mundial. La ocupación principal de los ejércitos italianos había sido mantener ocupados a los austríacos en el frente meridional mientras británicos, norteamericanos y franceses obligaban a Alemania a ceder terreno a todo lo largo del frente de batalla de Flandes.
Estos sacrificios, no fueron por supuesto, superiores a los realizados por franceses y británicos, pero Italia era una nación de escasos recursos. Además, en la división del botín, los italianos recibieron mucho menos de lo que esperaban. No sólo fueron privados de Filme por la terca insistencia de Wilson al sostener que Yugoslavia debía disponer de un puerto moderno sobre el Adriático sino que ni siquiera se le permitió participar en la distribución de las colonias alemana en África. Aunque Italia recibió la mayoría de los territorios austríacos que le habían sido prometidos en los tratados secretos, sostenía que era una recompensa mezquina para tantos sacrificios y por su valiosa contribución a la victoria aliada. Al principio, los nacionalistas dieron rienda suelta a su indignación por la "humillación de Versalles" haciendo blando en su cólera al presidente Wilson, pero no tardaron en volver a su inveterada costumbre de descargar toda la responsabilidad sobre las espaldas de los gobernantes italianos.
Este súbito recrudecimiento del crónico desprecio por la vieja generación gobernante, cuyos miembros eran repudiados como "asquerosos parásitos que se alimentaban de la mejor sangre de la nación", tuvo mucho que ver con el auge de los sentimientos revolucionarios.
La inflación, el radicalismo y el caos económico.
La guerra contribuyó de otras muchas maneras a preparar la revolución. Uno de estos fenómenos fue la inflación del circulante, con la consiguiente alza de precios, usura y especulación. Los salarios deberían haber registrado un aumento correlativo, pero el mercado de trabajo estaba prácticamente ahogado por la oferta como consecuencia del regreso del frente de millones de soldados canalizados de golpe hacia la vida civil. Además, el comercio se había convertido en una actividad expuesta, difícil y desmoralizadora debido a las huelgas cada vez más vastas y frecuentes, y al cierre de los mercados extranjeros.
La consecuencia más grave de la guerra, al menos en lo que se refiere a las clases media y alta, fue el incremento del radicalismo económico.
Pero hacia 1921, el peligro de que Italia se bolchevizara había pasado prácticamente a la historia. El extremismo revolucionario comenzó a mermar significativamente después del regreso de una delegación socialista italiana que había viajado a Rusia para estudiar las condiciones imperantes en la capital del socialismo mundial y como consecuencia del fracaso de las organizaciones obreras en el manejo de las fábricas. Pero las clases propietarias habían sido suficientemente atemorizadas por ese conato de rebelión y estaban por lo tanto dispuestas a apoyar la instauración del fascismo, con la esperanza de que pudiera salvar de la confiscación, al menos, una parte de sus propiedades.
El derrumbe del sistema parlamentario de gobierno.
La causa inmediata de la revolución fascista fue el derrumbe del sistema parlamentario de gobierno. La paralización de las finanzas y el estado de una casi total anarquía que prevalecía en muchas regiones de Italia, habían hecho prácticamente imposible la recaudación ordenada de las rentas públicas. Como consecuencia de ello, los déficit presupuestario se hicieron cada vez más elevados. A ello vino a sumarse el estancamiento en las actividades parlamentarias. Por sobre el orden institucional, pesaban las organizaciones del Partido Fascista. El Parlamento estaba integrado por dos cámaras: un Senado vitalicio, más bien de carácter honorífico, y la cámara de los fascios y corporaciones, creada en 1938. Mayor importancia tenía el Consejo Supremo del Fascismo que asesoraba en las tareas gubernativas, cumplía funciones electorales y, en caso de vacancia de la jefatura del gobierno, tenía el derecho de proponer sucesor. La intervención del pueblo se reducía a plebiscitos, especialmente preparados. Las milicias fascistas constituían una fuerza armada que aseguraba el orden interno con la misma técnica de violencia que había permitido la conquista del poder.
En las elecciones de 1921, cuatro partidos políticos compartieron la mayoría en la Cámara de Diputados, pero ninguno de ellos consiguió un número suficiente de bancas como para privar sobre los tres restantes. Los dos partidos más poderosos de Italia, el Socialista y el Popular Católica, libraban un constante duelo y ni uno ni otro estaba dispuesto a apoyar un ministerio encabezado por un representante del partido rival. Todo esto hacía casi imposible gobernar.
El aparato legislativo estaba prácticamente paralizado. A medida que transcurría el tiempo, la situación se hacía cada vez más insostenible, agravada por el disgusto general frente a la interminable y estéril lucha de los partidos. En 1922, el Parlamento estaba totalmente desprestigiado en todo el país. Los periódicos denunciaban no sólo el estancamiento de los partidos políticos sino la ineficacia de todo el sistema de gobierno de mayorías.
EL fenómeno no era cosa nueva en Italia, pues muchos habían ya sostenido en los años de preguerra que el régimen parlamentario era un artículo de importación, inadecuado para las condiciones italianas. Pero fue la propagación de la idea en gran escala la que habría de estimular definitivamente a los militares que sostenían la necesidad de implantar un sistema de gobierno regido por un solo hombre.
7. Las ideas contradictorias de Benito Mussolini
Probablemente, lo más acertado sea considerar que el radicalismo de Mussolini nunca tuvo su origen en una convicción sincera y reflexiva sino en la necesitada vital de su personalidad de dar cauce a sus inclinaciones rebeldes.
Nadie que sustentara una filosofía definida podría haber cambiado de opinión tan a menudo. No sólo execró el imperialismo sino que, una y otra vez, antes de la guerra, difamó a la Iglesia, vilipendió al Rey y llamó a la bandera italiana "un harapo digno de ser plantado en un estercolero".
En 1914, al estallar la primera Guerra Mundial, Mussolini sostuvo la necesidad de que Italia permaneciera neutral. Pero apenas acababa de adoptar esta posición al parecer terminante, cuando comenzó a propugnar la participación italiana del lado de los aliados. En 1914, se había trasladado todo su equipaje al campo intervencionista. Privado de su cargo de director del Avanti, fundó un nuevo periódico, Il Popolo d´Italia, cuyas columnas dedicó de lleno a exaltar y azuzar el ardor bélico de Italia.
La decisión del gobierno italiano en la primavera siguiente, de entrar en la contienda del lado de los aliados de la Entente, fue considerada como una victoria personal por Mussolini, que se incorporó a las filas como soldado raso en 1915, conquistando las jinetas de cabo.
En 1917, fue herido en acción de guerra por la explosión de un obús y se le permitió reincorporarse a la vida civil para que reasumiera la dirección de Il Popolo d´Italia, con la esperanza de que pudiera estimular con su prédica el escaso entusiasmo bélico del pueblo italiano. Desde entonces, Mussolini luchó afanosamente desde las páginas de su diario a favor de una revolución fascista.
8. Evolución Fascista
El término fascismo tiene un doble origen. Proviene en parte de la expresión latina fasces, el hacha rodeada de un manojo de cuerdas que simbolizaba la autoridad del estado romano y, del italiano fascino, o sea, grupo o bando. Los fasci fueron organizados ya en octubre de 1914 como células de agitación cuya misión era propiciar y difundir la necesidad de que Italia se volcara a la causa de la Entente. Estos grupos políticos estaban formados por jóvenes idealistas, futuristas, nacionalistas fanáticos, aburridos oficinistas e inadaptados de todo género y especia. Mussolini se constituyó en el jefe máximo del fascino milanés. Una vez que Italia entró en la guerra, los bandos fascistas se consagraron de lleno a combatir el derrotismo. Luego vino el período del escuadrismo (1919-1921). Las actividades escuadristas comprendían una campaña terrorista contra los "enemigos del pueblo". Los métodos consistían en tácticas brutales de la peor espacie, como apalear a la víctima hasta dejarla inconsciente, extraerle los dientes o administrarle grandes dosis de aceite de ricino. El rapto y el asesinato eran dos de las armas preferidas de las células terroristas. La mayoría de estos ataques fueron perpetrados contra los radicales, pero en algunos casos las víctimas eran usureros o terratenientes que se negaban a reducir el monto de sus arriendos. En Florencia, algunos tenderos tercos fueron apaleados y sus negocios clausurados con candados, exhibiéndose en su frente grandes carteles con leyendas que decían: "Cerrado por robo reiterado". Mussolini mismo declaró en una ocasión que: "Unos cuantos cerdos colgados de los pies en postes del alambrado, representarían un buen ejemplo". Pero todos estos intentos de atraer a las clases más pobres no hallaron una respuesta muy vehemente por parte del proletariado, pues en la mayoría de las regiones de Italia los hijos de industriales acaudalados o de hacendados eran hartos conocidos como fervientes discípulos de Mussolini.
La Plataforma Fascista de 1919
La Plataforma primitiva del movimiento fascista fue redactada por Mussolini en 1919. Se trataba de un documento asombrosamente radical que imponía, entre otras demandas, la necesidad del sufragio universal, la abolición del senado, el establecimiento por ley de la jornada laboral de 8 horas, fuertes gravámenes al capital, un alto impuesto a la herencia, la confiscación del 85% de los beneficios de guerra, el ingreso de Italia en la Sociedad de las Naciones, la "oposición a toda clase de imperialismos" y la anexión de Filme y Dalmacia. Esta Plataforma se mantuvo más o menos oficialmente en vigencia hasta el mes de Mayo de 1920, en que fue reemplazada por una nueva, mucho más conservadora. En realidad, el nuevo programa omitía toda referencia a las reformas económicas y se reducía meramente a condenar el "socialismo de los políticos" y a introducir algunas vagas afirmaciones acerca de la "reivindicación" de los principios por los cuales había sido librada de la guerra. Con ninguna de éstas plataformas consiguieron el éxito político. Aún después de las elecciones de 1921, el número de sus representantes en la Cámara de Diputados no pasaba de treinta y cinco.
La "Marcha sobre Roma"
Pero lo cierto es que los fascistas compensaban con creces su escaso número con una agresividad disciplinada y una notable decisión. Y cuando la decadencia del viejo régimen hizo crisis al punto de abdicar prácticamente de sus funciones, se aprestaron a tomar el poder. En septiembre de 1922, Mussolini comenzó a hablar francamente de revolución al grito de "Sobre Roma". En octubre de ese año presentó al gobierno un ultimátum, exigiendo la convocatoria a nuevas elecciones, una política exterior enérgica y cinco carteras del ministerio para él y sus partidarios. Como el primer ministro y el Parlamento ignoraron estas exigencias, Mussolini organizó la "Marcha sobre Roma". El 28 de octubre el ejército de unos 50.000 militantes fascistas ocupó la capital. El primer ministro presentó la renuncia a su cargo, y al día siguiente Víctor Manuel III invitaba a Mussolini a formar un ministerio. Así, sin disparar un tiro, las legiones de "Camisas Negras", tomaron el poder. La explicación del fenómeno debe hallarse no en la fuerza del fascismo, sino en el caos creado por la guerra y en la carencia absoluta de una firme devoción del pueblo italiano hacia el gobierno constitucional.
Entre 1929 y 1939 el Estado fascista quedó consolidado en Italia. Permanecía en el trono el Rey Víctor Manuel III, pero su presencia era puramente nominal. A la cabeza del estado se hallaba "El duce"(caudillo). Existía un verdadero culto al jefe, Mussolini, rodeado siempre de una espectacular escenografía.
La Revolución Fascista
Ésta habría de ser sólo la primera etapa de la Revolución Fascista, puesto que el fascismo implicaba no sólo el control personal del aparato político del Estado, sino una serie de arrolladores cambios, que sacudirían hasta los cimientos la estructura política y económica. En 1923, en julio, Mussolini hizo que el Parlamento distara una nueva Ley electoral que estipulaba que el partido que reuniera la mayoría de los sufragios nacionales tendría automáticamente derecho a disponer de las dos terceras partes de la cámara de diputados.
En la primera elección convocada después de haber entregado con vigor la nueva ley, los fascistas obtuvieron no sólo más sufragios que ningún otro partido concurrente sino alrededor del 66% del total general de los votos emitidos. Cuando el nuevo Parlamento abrió en Mayo de 1924 el período de sesiones, el dirigente socialista Mateotti acusó a los dirigentes fascistas de haber apelado al fraude y la violencia para ganar las elecciones. En Junio, una pandilla de "Camisas Negras" cumpliendo órdenes de miembros del ministerio fascista raptaron y asesinaron al dirigente socialista. EL crimen produjo una violenta reacción acompañada de enérgicas demandas de que los fascistas dejaran el poder, pero a la larga la tormenta amainó y Mussolini pudo seguir adelante con su plan de reestructuración radical del sistema política. En 1925 retiró a todos los abogados antifascistas la matrícula para ejercer su profesión y abolió el gobierno autónomo en las ciudades y pueblos. Al año siguiente las reformas culminaron con una disposición por la cual se declaraba la ilegalidad de todos los partidos políticos con la sola y natural excepción de aquel del cual era jefe, y que abolía formalmente el régimen ministerial. A partir de ese momento al primer ministro sería responsable sólo ante el Rey, en tato que la labor del parlamento quedaría restringida a la mera ratificación de decretos.
La política exterior fue la clásica de esos Estados que buscaban descargar en el exterior todas las reales o posibles tensiones internas. El propósito fue hacer crecer el Imperio Colonial. En Libia se llevó a cabo una intensa política de colonización, se la presentó como una experiencia piloto de la eficacia colonizadora. La política agresiva se inició el 3 de octubre de 1935 con el ataque a Abisinia. La diferencia de equipo y de adiestramiento dio una abrumadora superioridad sobre los primitivos contingentes abisinios. El 5 de Mayo de 1936 las fuerzas comandadas por el mariscal Badoglio se apoderaron de la capital Addis Abbeba; el emperador (Negus) Haile Selassie perdió su trono y se procedió a la proclamación del Rey de Italia, Victor Manuel III, como Emperador de Abisinia. La censura de la Sociedad de las Naciones así como las sanciones resultaron totalmente inefectivas.
El Estado corporativo
El sistema político y económico del estado fascista recibía oficialmente el nombre de Estado Corporativo, lo cual significaba en primer lugar, que el gobierno estaba asentado sobre una base económica. El pueblo estaba representado en el gobierno no en su calidad de ciudadanos que habitaban distritos definidos, sino en su condición de productores. Pero el Estado Corporativo incluía a sí mismo la idea de que los intereses individuales y de clase debían estar supeditados a los intereses primordiales del estado. Proscribíase la lucha de clases entre el capital y el trabajo y huelgas y paros eran considerados ilegales. En caso de conflicto entre los trabajadores y la empresa el estado gozaba de atribuciones para intervenir en carácter de tribunal de última instancia e imponer la solución que considerara más conveniente.
La educación basada en la disciplina y la obediencia era uno de los pilares de mantenimiento del régimen.
La preocupación nacionalista se manifestaba en la tendencia a aumentar la población italiana. Se estimuló la natalidad concediendo primas a las familias numerosas, se prohibió la inmigración y se hizo propaganda para obtener el regreso de los emigrantes.
El principio corporativista implicaba asimismo el repudio definitivo del laissez faire. Aunque la propiedad privada seguí manteniéndose estructuralmente y los capitalistas eran reconocidos en su carácter de "clase socialmente productora", los principios tradicionales de una economía clásica fueron desterrados definitivamente. Toda actividad económica de ciudadano estaba sujeta a control del Estado que podía incautarse de cualquier empresa comercial o industrial si así lo demandaban los intereses de la nación.
La filosofía del fascismo.
Antes de analizar la filosofía de este fenómeno, deberíamos primero explicar sus características en líneas generales.
Se ha dicho repetidamente que el fascismo no constituye una doctrina, y se citan las propias palabras de Mussolini: "nuestra doctrina es el hecho", o "los fascistas tenemos el valor de rechazar todas las teorías políticas tradicionales; somos aristócratas y demócratas, revolucionarios y reaccionarios, proletariados y antiproletarios, pacifistas y anitpacifistas. Nos basta con tener un solo punto de referencia: la Nación."
  • La desigualdad de clases es natural y provechosa.
  • La democracia igualitaria y el sufragio universal suponen la ley del número prevaleciendo sobre la calidad. Son las elites dirigentes las que deben gobernar.
  • El Estado tiene absoluta e indiscutible primacía sobre el individuo. Los principios de disciplina, autoridad y jerarquía deben dominar en la organización del Estado. "La nación- dice Mussolini- es creada por el Estado, que da al pueblo, consciente de su propia unidad moral, una voluntad y, por consiguiente, una existencia efectiva".
  • La lucha es fundamental para la supervivencia. Se debe vivir peligrosamente para probar la superioridad.
  • Las libertades individuales no son derechos, sino concesiones que hace el Estado, siempre y cuando no sean perjudiciales.
  • La guerra no es un azote, ni una maldición, sino un ideal; el pacifismo no es sino una muestra de debilidad.
  • La teoría marxista de la lucha de clases es falsa; es necesaria la creación de un orden social jerárquico.
  • Los principios liberales y democráticos deben ser sustituidos por la exaltación del Estado totalitario, fundado en el sentimiento colectivo y en la mística del jefe.
  • Italia debe tener un lugar de primer plano en el mundo, como continuadora de la grandeza romana.
La idea del Estado Corporativo fue uno de los elementos fundamentales de la doctrina fascista, pero de ninguna manera el único. Los restantes pueden ser brevemente definidos así:
  • Totalitarismo. El Estado demanda la suma de interés y de la lealtad de sus miembros. No debe existir "nada por encima del Estado, nada contra el Estado". Debido a que el Estado no puede orientarse hacia sus altos fines sino en la medida en que sus miembros estén identificados con un objetivo común, sólo puede haber un Partido Fascista, una prensa fascista y una educación fascista.
  • Nacionalismo. La nación es la forma de sociedad más elevada que la raza humana haya elaborado jamás. Tiene una vida y un alma propia, aparte de las vidas y almas de los individuos que la componen. No puede haber jamás armonía de intereses entre dos o más pueblos distintos. El internacionalismo es, por lo tanto, sólo una burda perversión del progreso humano. La nación debe ser conducida hacia la cima de su fuerza si su grandeza mediante el autoabastecimiento, la creación de un ejército poderoso y la consecución de un índice de natalidad de rápido crecimiento.
  • Idealismo. La filosofía del fascismo puede ser calificada de idealista en el sentido de que renunciaba a una interpretación materialista de la historia. Según Mussolini, la nación podía convertirse en lo que se propusiera, ya que su destino no estaba de ningún modo sellado fatalmente por su posición geográfica o por el volumen de sus recursos naturales. El idealismo se desarrolla principalmente como una protesta contra el pesimismo característico de los anteriores gobernadores de Italia que argumentaban que el país estaba irremediablemente condenado, por la falta de recursos carboníferos, a seguir siendo una potencia de tercer orden.
  • Romanticismo. La razón no puede ser jamás el instrumento más adecuado para la solución de los grandes problemas nacionales. El intelecto humano necesita el complemento indispensable de la fe mística, del autosacrificio y del culto de heroísmo y de la fuerza. "El espíritu fascista es voluntad, no intelecto".
  • Autoritarismo. La soberanía del estado es absoluta. El ciudadano no tiene derechos, sino deberes. Lo que las naciones necesitan no es libertad, sino trabajo, orden, prosperidad. La libertad es un "cadáver de putrefacción", un gastado dogma heredado de la Revolución Francesa. El Estado debe ser gobernado por una elite que haya demostrado su derecho a gobernar mediante su fuerza y su superior comprensión de los ideales nacionales.
  • Militarismo. La lucha está en el origen de todas las cosas. Las naciones que no se expanden, acaban por marchitarse y morir. La guerra exalta y ennoblece al hombre y regenera a los pueblos perezosos y decadentes.
9. El Estado Fascista
En la Estructura del Estado Fascista Italiano es característico el mantenimiento de ciertas formas institucionales tradicionales y al mismo tiempo la existencia de instituciones paralelas que, sin suprimir a aquellas, las vacían de contenido.
Continúan el Rey, el Parlamento y el Ejército, pero el poder está en el jefe del Estado, en el Gran Consejo, en el Partido Fascista y en las Milicias.
Existía un verdadero culto al jefe, muy visible en las grandes manifestaciones a las que Mussolini aportaba sus naturales actitudes para dirigirse de modo efectista a las multitudes y provocar en éstas verdaderas explosiones de entusiasmo. La prensa, la radio y el cine se encargaban de mantener este estado de pasión colectiva. La fórmula "Mussolini siempre tiene razón", artículo octavo de los diez mandamientos de las milicias fascistas, es altamente representativa.
La Ley Electoral de 1928 también es ilustrativa. Establecía las "listas de confianza", o sea, un proceso previo de selección de candidatos, a cambio del Gran Consejos y a propuestas de las confederaciones nacionales de corporaciones, lo que significaba que el electorado no tenía opciones entre listas sino que debería simplemente aceptar o rechazar así elaborada.
El partido fascista decidido por la consigna "creer, obedecer, combatir", constituyó la elite dirigente del gobierno y de la sociedad. En 1932 recibió nuevo estatuto que determinaron su estructura jerárquica. Su base eran los "fascios", que se agrupaban en cada provincia en una Federación.
En cuanto a la acción fascista de encuadramiento de la población, ella se manifestaba muy claramente en las manifestaciones juveniles, en la prensa, en la enseñanza y en la política cultural.
  • La Opera Nazionale Balilla controlaba los movimientos juveniles, organizándolos con base en la preparación física y militar, así como en la fanática obediencia al jefe. De los cuatro a los ocho años, los niños permanecían a los "hijos de la loba"; a los ocho años pasaban a las "Balilla"; a los catorce años eran "Avanguardisti"; finalmente a los dieciocho años pasaban a las "Juventudes Fascistas".
  • Los adultos eran organizados en asociaciones profesionales y sindicatos. También fue destacada la organización dependiente del Partido, la Opera Nazionale Dopolavoro, encargada de organizar vacaciones viajes, y diversiones colectivas de los obreros.
  • El Ministerio de Prensa y Propaganda tenía el control total de la prensa.
  • La enseñanza estaba sujeta a normas estrictas: "El gobierno exige que toda la escuela en todos sus grados, en toda su enseñanza eduque a la juventud italiana a comprender el fascismo y a vivir en el clima histórico creado por la revolución fascista". Los profesores de la Universidad estaban sometidos a la obligación de prestar juramento de fidelidad al régimen.
  • En 1925 fue fundado el Instituto Nacional Fascista de Cultura, destinado a impulsar la política cultural del régimen y desplazar la cultura tradicional.
10. El régimen a partir de 1936
A partir de 1936 se produjo un mayor endurecimiento del régimen, que algunos autores atribuyen a dificultades internas y a imitación del régimen alemán.
  • Se agrabó una situación de tensión contra el rey, cada vez más dejado de lado.
  • La Cámara de Diputados fue sustituida por la Cámara de los Fascios y de las Corporaciones, integradas por el Consejo Nacional del Partido y el Consejo Nacional de las Corporaciones.
  • El Partido Fascista, asume una mayor intervención en la vida social. Se habla entonces de un estilo de vida fascista caracterizado por la rapidez, por el dinamismo y la decisión. Los ejercicios físicos y las pruebas deportivas son considerados impresindibles. Se impone el uso de uniformes para los funcionarios. Se acentúan la preparación militar de la juventud, y sus organizaciones quedan directamente sometidas al Partido.
  • Un nuevo ministerios, el de Cultura Popular, controla la prensa, las editoriales y la producción cinematográfica. Queda prohibida la venta de obras consideradas antifascistas, las de escritores judíos y de escritores rusos. Aumenta la exaltación del pasado romano.
  • Comienza una política de discriminación racial con la publicación oficial del "Manifiesto de defensa de la raza". Los judíos italianos, considerados ciudadanos de segunda clase, son excluidos de la enseñanza, de las asociaciones, del ejército y de la administración. Con los judíos extranjeros las disposiciones son más restrictivas aún. De todos modos, en su aplicación práctica, ésta política discriminatoria no tuvo ni de lejos los alcances a que llegó en Alemania.
Las Relaciones con la Iglesia
El anticlericalismo de los primeros tiempos de Mussolini ya había desaparecido antes de su acceso al poder. Una vez en él, no olvidó la importancia que tenía el catolicismo en la sociedad italiana y Roma en todo el mundo católico. Su propósito de llegar a un arreglo en el conflicto que enfrentaba al Estado con la Iglesia en momento de la unidad italiana coincidió con igual propósito del Papa Pío XI, quien desde su acenso al trono pontificio, había mostrado una actitud favorable hacia Mussolini, quizá influido por su antiliberalismo y anticomunismo.
Después de largas y reservadas negociaciones se llegó finalmente a la firma del Acuerdo de Letrán, el 11 de febrero de 1929.
Poco después de la firma del Acuerdo, ya comenzaron a plantearse problemas, pues Mussolini lo interpretaba en un sentido restrictivo de los poderes de la Iglesia. Al presentarlo a la ratificación del Parlamento, declaraba, entre otros conceptos: El Estado Fascista reivindica totalmente el derecho de fijar normas morales. Es católico pero es fascista ante todo, exclusivamente, esencialmente fascista".
La Economía
El régimen fascista no cambió su estructura de la economía italiana. El capital privado continuó gozando de todas sus prerrogativas. Las empresas fueron respaldadas a cambio de subordinarse a las directivas políticas del régimen.
Son destacables en los primeros años los esfuerzos para impulsar la producción y para creas más fuentes de trabajo. La "Batalla del Trigo", tendiente a emancipar el país de los abastecimientos extranjeros, culminó con gran aumento en las cifras de la producción, aunque con elevados costos y a expensas de otros rubros más rentables como frutas y legumbres.
La hora del Régimen fascista.
Nadie que esté libre de prejuicios podría negar la hora del régimen fascista en Italia. En junio de 1940, cuando Italia resolvió finalmente intervenir en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Mussolini, había conseguido reducir notablemente los índices nacionales de analfabetismo y había arribado a lo que parecía ser una solución satisfactoria de la antigua querella con el Papado, había prácticamente liquidado a la mafia o "mano negra" en Sicilia, e introducido grandes mejoras en la esfera económica.
Los "débitos" del fascismo.
Pero el "libro mayor" del fascismo tiene también su hoja del "debe". El movimiento oficial en pro del autoabastecimiento nacional había redundado en un alto porcentaje de encarecimiento en ciertos renglones de la industria. Aunque la marcha de los negocios y el nivel de la ocupación eran indudablemente mucho más estables que en los años inmediatamente posteriores a la Primera Guerra Mundial, no existían indicios de que los trabajadores hubieran mejorado sus condiciones de vida. Los salarios habían subido, pero debido a la alza de precios y a la campaña de fomento del trabajo caben realmente serias dudas sobre la existencia de un aumento real del nivel de salarios. Además, los italianos habían sido obligados por el régimen a comprar la estabilidad y el orden al precio de una mortal uniformidad de pensamiento y acción, estado que el mismo Mussolini había descrito en 1914 como de "aburrimiento e imbecilidad".
Agreguemos aquí que el gobierno fascista se lanzó durante su régimen a dos costosas aventuras: la conquista de Etiopía en 1935- 1936 y la intervención en la Guerra Civil Española 1936- 1939.
Síntesis. Etapas de consolidación del poder de Mussolini
  • Mussolini se reservó la presidencia del Consejo de Ministros y las carteras del Interior y de Relaciones Exteriores.
  • En su primera presentación ante la Cámara, anunció un programa y amenazó… "Yo podría hacer de esta sala gris un campamento de soldados". Obtuvo que el poder legislativo le otorgara plenos poderes.
  • En diciembre de 1922 se crea el Gran Consejo del Fascismo, integrado por ministros, subsecretarios, miembros de la dirección del partido y altos funcionarios; este órgano tomaba las decisiones políticas, convirtiendo al gobierno en mero ejecutante.
  • Acto seguido fue creada la milicia voluntaria para la Seguridad Nacional, guardia fascista que reemplazó a la disuelta guardia real.
  • En 1923 se dispuso la disolución de varias disoluciones obreras; al mismo tiempo se hicieron concesiones a la Iglesia Católica y se buscó que el Partido Popular perdiera su apoyo.
  • En abril de 1924, mientras Italia continuaba sacudida por la violencia de los "squadristi", se celebraron las elecciones parlamentarias. Las listas fascistas obtuvieron el 65% de los votos.
  • Al anunciarse el nuevo período legislativo, el diputado socialista Mateotti fue asesinado por los "squadristi". Esto provocó un sentimiento general de repulsa, y el propio Mussolini precipitó algunas renuncias de dirigentes comprometidos e inclusive algunas detenciones. Una parte de los diputados de la oposición decidió boicotear las sesiones de la Cámara hasta tanto fueran disueltas las milicias fascistas.
  • En enero de 1925 Mussolini ya había superado la crisis, puesto que la reacción opositora no tuvo suficiente fuerza como para conmoverlo. El 3 de enero dirigió a la Cámara un discurso en el que declaró asumir "la responsabilidad política, moral e histórica por todo lo que ha pasado", y anunció a estar dispuesto a un enfrentamiento definitivo con la oposición.
  • A partir de ese momento la prensa de oposición es perseguida y se procede a la disolución de asociaciones consideradas subversivas. La violencia de las milicias recrudece, y es puesto al frente del partido fascista su dirigente más intransigente: Roberto Firanacci.
  • En octubre de 1925, el llamado "Acuerdo del Palacio Vidoni" establece que la representación obrera, en sus tratativas con las patronales, será monopolizada por los sindicatos fascistas.
  • La ley del 24 de diciembre de 1925 creó para Mussolini el cargo de "Jefe de Gobierno" con la totalidad del Poder Ejecutivo, siendo sólo responsable ante el rey; también suprimió la iniciativa parlamentaria. Un mes más tarde, otra ley atribuye poderes legislativos al "Jefe de Gobierno".
  • El 4 de noviembre de 1926 fueron aprobadas las llamadas "leyes de defensa del Estado", conocidas como "leyes fascistísimas", con lo que concluye todo resto de libertad. Los partidos políticos son disueltos.
A partir de ese momento, puede considerarse que la fascistización del Estado ha quedado completada.
11. La Segunda Guerra Mundial(1939-1941)
La primera etapa de la guerra tuvo como principales protagonistas a las grandes potencias europeas, y se desarrolló fundamentalmente en territorio europeo.
Los grandes beligrantes fueron: por un lado, Gran Bretaña y Francia; por el otro, Alemania y, desde 1940, Italia.
La situación de la URSS fue especial. Neutral en la guerra entre los grandes estados, emprendió acciones diplomáticas o militares contra sus vecinos (Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania) e intervino en la ocupación de territorios polacos.
En este lapso perdieron su independencia varios países: Polonia, repartida entre Alemania y la URSS. Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Grecia, los primeros bajo ocupación alemana y el último bajo ocupación italiana. Estonia, Letonia y Lituania, anexados sin guerra por la URSS. Yugoslavia fue desintegrada en beneficios de Alemania, Italia, Hungría y Bulgaria, dando origen además a pequeños estados satelitales, Serbia y Croacia. Otros países sufrieron la pérdida de parte de sus territorios: Finlandia, cedió a la URSS el istmo de Carelia; Rumania cedió a Hungría parte de Transilvania, a Bulgaria la Dobrudja y la URSS la Besarabia; Francia, después de la derrota, sufrió la ocupación alemana en gran territorio nacional.
Hubo pocos neutrales: Suecia, Suiza, Portugal y España: este último con una neutralidad benévola para con los países del Eje.
Alemania aparece durante este periodo como la gran vencedora, y Gran Bretaña permanece firmemente a la defensiva.
El nuevo orden alemán
El nuevo orden europeo, mencionado oficialmente en el pacto tripartito (Alemania, Italia, Japón) de septiembre de 1940, tuvo como base:
  • El dominio personal de todo régimen por Adolfo Hitler
  • El dominio de Alemania por el partido nazi, las organizaciones militarizadas SS y la policía secreta, Gestapo
  • El dominio de Alemania ("raza germánica superior" "pueblo de amos") sobre un amplio espacio que llegaba desde los Pirineos hasta el Cáucaso, y desde Escandinavia hasta el Mediterráneo.
No existió una concepción perfectamente elaborada acerca de cómo debía ser organizado; simplemente algunas ideas contradictorias y variables de Hitler y sus teóricos, y resoluciones rápidas según las circunstancias.
La política nazi con los pueblos sometidos se basaba en la discriminación racial: los pueblos germánicos serían asimilados a Alemania; los pueblos considerados parientas (holandeses, flamencos, escandinavos) serían objeto de tratamiento menos severo; los pueblos estimados inferiores, particularmente los eslavos, serían objeto de los mayores rigores y destinados a la esclavitud o al exterminio. Se proyectaban grandes desplazamientos de pueblos, especialmente en territorios destinados a la colonización alemana (Polonia, Estados bálticos, Crimea).
Para activar la represión se solía declarar el "estado de emergencia civil": tribunales presididos por oficiales de la SS hacían procedimientos sumarísimos, culminados las más de las veces con la pena de muerte sin que el acusado tuviese asistencia letrada.
Cuando la resistencia se hizo mayor, fue introducido el principio de responsabilidad colectiva por sabotaje. Sobre esa base se apresaban rehenes y se les ejecutaba como represalia. Esta práctica llevaba a la ejecución del total de la población local.
Luego, las deportaciones en masa y los campos de concentración se hicieron sistemáticos. La lucha contra la oposición se sumó así a la que desde tiempo atrás se realizaba contra los judíos, haciéndolos las principales víctimas de la discriminación racial. Los campos de concentración (hubo más de mil) fueron dotados de elementos para el rápido exterminio de todos aquellos que no resultaban aptos para el trabajo; son célebres las cámaras de gas del campo de Auschwitz, Buchenwald, Dachau y Belsen, cuyos sobrevivientes espantaron por su aspecto físico de desnutrición y decadencia moral a los soldados que los liberaron al finalizar la guerra. Se calcula que por esos campos pasaron más de siete millones de personas, de las cuales dos tercios murieron allí. A esto se debe agregar la muerte de los prisioneros de guerra por falta de instalaciones adecuadas. Particularmente durante la invasión de la URSS, de cinco millones de prisioneros, se cuentan dos millones de muertos y un millón de desaparecidos, más la mitad de tres millones de civiles deportados a Alemania.
12. El Fascismo y su dominio psicológico de las Masas
Introducción
Más allá de las razones políticas, económicas y culturales que propiciaron el surgimiento del fascismo -y del nazismo especialmente-, se deben observar otras razones que no necesariamente entran en la lógica de un análisis racional de este fenómeno. O en palabras del autor nacionalsocialista Wilhelm Stapel: "Dado el carácter elemental del nacionalsocialismo, resulta imposible atacarlo con ‘argumentos’. Los argumentos sólo tendrían efecto si el movimiento se hubiera impuesto con ayuda de argumentos".
Si tomamos el caso de Alemania, la gigantesca acumulación de poder que ostentaba Adolf Hitler no estaba basada sólo en coordenadas políticas dentro del III Reich: la razón principal de este éxito fue el empleo de la violencia psíquica. La propaganda del régimen nacionalsocialista se basaba sobre esta Führerideologie (ideología del jefe). Renunciando a toda argumentación objetiva, los llamamientos de Hitler al pueblo alemán consistían en presentar a las masas solamente "la gran meta final". El tipo de mando autoritario y carismático (retomando el concepto de Max Weber), otra de las características distintivas del fascismo, tiene una estrecha relación con esta situación de presión propagandística basada en el miedo.
El propio símbolo gráfico del fascismo era el de la violencia: el fascino, del latín fasces, haz de varas que según la leyenda histórica tiene origen en el primer cónsul de Roma, Brutus (VI a.c.), quien hizo apalear públicamente a sus hijos y acabarlos a hachazos por haber conspirado contra el Estado. Este instrumento de castigo, inspirador de temor, se convirtió en símbolo del poder en Roma: el haz de varas ligadas con una cuerda alrededor de un hacha. Los lictores, junto al cónsul, portaban este emblema para ejecutar en el acto las sentencias de éste: flagelar, ahorcar o decapitar.
Este símbolo, devenido en símbolo del fascismo, tenía, en comparación con la cruz gamada de Hitler, la desventaja de ser muy complicado y por ello no poder ser dibujado en cualquier parte y por cualquiera, como sucedía con la svástica, las tres flechas socialistas o la cruz.
13. La psicología de masas del fascismo
El estudio de la eficacia psicológica de Hitler sobre las masas debía partir de la idea de que un führer representante de una idea, no podía tener éxito (no un éxito histórico sino esencialmente pasajero) más que si sus conceptos personales, su ideología o su programa se encontraban en armonía con la estructura media de una amplia capa de individuos integrados en la masa. Un führer no puede hacer la historia más que si las estructuras de su personalidad coinciden con las estructuras de amplias capas de la población, vistas desde la perspectiva de la psicología de masas. Dice Domenach: "es innegable que un cierto número de mitos hitlerianos correspondían o bien a una constante del alma germánica, o bien a una situación creada por la derrota, el desempleo y una crisis financiera sin precedentes".
Como todo movimiento reaccionario, el de Hitler se apoyaba en varias capas de la pequeña burguesía. Se caracterizaba a este segmento social mediante la metáfora de un ciclista: "por arriba curva su espalda, por abajo patalea"("Nach oben buckelt er, nach unten tritt er", según lo citaba P. Reiwald). Con esto se quiere explicar un componente psicoétnico del pueblo alemán: la sumisión hacia quienes están encima y la brutalidad para con los de abajo. Había también un componente místico en las clases medias alemanas, que Hitler aprovechó para proclamar que Alemania era la encargada de cambiar el mundo. Esto, sumado a la proliferación de corrientes intelectuales reaccionarias (Gobineau, Wagner, Chamberlain, quienes ponían el acento sobre todo en la cuestión racial, y otros que apelaban al espíritu guerrero del pueblo alemán, magnificando las gestas teutonas) a fines del siglo diecinueve, creó el caldo de cultivo para la proliferación de este tipo de fenómenos.
Hay algo evidente: cuanto más numerosa e influyente en una nación es la clase media, más probable es que haga su entrada en la escena política como fuerza social. Por otra parte, las contradicciones intrínsecas del fascismo no hacen más que reafirmar su base de masas de clase media. Que los intereses subjetivos de estas masas hayan sido aprovechados por Hitler al incluir en su plataforma la lucha contra el gran capital, y que el fascismo, en su función objetiva, se haya convertido en defensor fanático del imperialismo y pilar del orden económico del gran capital, son hechos que llevan a la convergencia en el nacionalsocialismo.
Para comprender la ideología, la situación del pequeño campesino, del funcionario y del comerciante medio hay que tener en cuenta sus matices económicos, pero fundamentalmente su identidad familiar común. Si nos focalizamos en las clases medias urbanas, vemos que la rápida evolución de la economía capitalista en el siglo XIX lleva a la pauperización de los pequeños comerciantes y artesanos. Ante las grandes industrias, que producen más barato y más racionalmente, las pequeñas empresas están destinadas a desaparecer. Esta situación los llevaría tarde o temprano a confundirse con la gris masa del proletariado.
La pequeña burguesía se rebeló, al fin, contra el sistema, encarnado en el "régimen marxista" de la socialdemocracia. Pero dado el carácter competitivo de los estratos medios, fundamentalmente de los funcionarios del estado, no se observa una identificación de la pequeña burguesía con sus pares o con los obreros industriales, un sentimiento de solidaridad, lo que Marx acuñó como "conciencia de clase".
La conciencia social del funcionario no está determinada por el sentimiento de una comunidad de destino con sus colegas, sino por la actitud cara a la autoridad establecida y a la "nación". Para el funcionario esta actitud consiste en una identificación absoluta con el poder estatal; súbditos con respecto a la autoridad, se convierten en los representantes de esa misma autoridad en sus relaciones con sus subordinados y, por este motivo, gozan de una especial protección moral. Esta identificación con la administración del Estado y la nación, que puede resumirse en la fórmula: "Yo soy el Estado", es una realidad psíquica que nos proporciona uno de los mejores ejemplos de una ideología convertida en poder material. Como resultante de su dependencia material, su personalidad se transforma a imagen de la clase dominante. En palabras de W, Leich: "Por tener los ojos perpetuamente clavados en lo alto, el pequeño burgués acaba por cavar una fosa entre su situación económica y su ideología". Esta "mirada clavada en lo alto" es lo que distingue esencialmente a la estructura pequeño burguesa de la del obrero de la industria en Alemania. En otros países, como EEUU, el "aburguesamiento" de los trabajadores de la industria anula esta distinción.
Para penetrar en el mundo obrero, el fascismo propone la supresión de las clases, o sea la supresión del proletariado, recurriendo al sentimiento de vergüenza que sufre el trabajador manual (el desprecio por este tipo de tareas es uno de los elementos reaccionarios más importantes, al llevar a querer imitar al empleado de oficina). Sumémosle a esto que los trabajadores emigrados del campo traen consigo una ideología de familia rural que es el mejor caldo de cultivo para causas imperialistas y nacionalistas. Otro elemento a tener muy en cuenta es la importancia que revisten los pequeños hábitos diarios, hecho sistemáticamente ignorado por el movimiento revolucionario. Lejos de ser costumbres propias de este estrato social, constituían la expresión visible de que se acusaba recibo de la propaganda nacionalsocialista. La represión de la mujer, el vaso de cerveza bebido en familia, el traje "elegante" de los domingos -todos ellos símbolos del adocenamiento que se estaba produciendo-, penetraban en cada rincón de la existencia cotidiana, mientras que el trabajo de la fábrica y los panfletos revolucionarios no actuaban más que durante unas horas.
De este modo, cuando la crisis económica impactó a esta capa social, su sensibilidad revolucionaria estaba embotada producto de decenios de estructuración conservadora. La afirmación comunista de que la política de la socialdemocracia le había abierto las puertas al fascismo era exacta desde el punto de vista de la psicología de masas. Afirma W. Leich que "a falta de organizaciones revolucionarias, decepcionado por la socialdemocracia y angustiado por la contradicción entre su empobrecimiento y el pensamiento conservador, el trabajador se arroja en los brazos del fascismo".
14. La captación de las masas
La manipulación de las masas llevada a cabo por el fascismo parece inconscientemente inspirada en la doctrina de Pavlov y sus reflejos condicionados, leyes que rigen las actividades nerviosas superiores del hombre. La propaganda, considerada por Goebbels como un arma de guerra, constituía el elemento fundamental con el que se atraía nuevos adeptos a la causa del nacionalsocialismo. La actividad propagandística tiene dos funciones primordiales: inculcar un número elevado de ideas a un grupo reducido de personas y agitar a un gran número de personas mediante un número reducido de ideas. Los que sucumben ante esta estrategia son pequeño-burgueses, presas fáciles del miedo que resulta de una sugestión imperativa como la del régimen hitleriano. El autor soviético Serge Tchakhotine afirmaba que esta porción de la sociedad poseía un sistema nervioso inestable, y que a menudo se sentían contentas al verse dominadas y guiadas.
Entre los factores visuales utilizados para atraer a las masas, se observa el predominio del color rojo (al que se le atribuye una acción fisiológica excitante y es utilizado generalmente por partidos de izquierda o pretendidamente "revolucionarios") y los uniformes militares de colores vistosos. Según palabras de Domenach: "la propaganda toma de la poesía la seducción del ritmo, el prestigio del verbo e incluso la violencia de las imágenes". Para actuar sobre los sentimientos de amor y alegría, es decir sobre los sentimientos eróticos sublimados, se debían utilizar los bailes públicos, las tonadas populares, desfiles con la presencia de gimnastas o flores.
En el aspecto social, Hitler copió las prácticas de la Iglesia Católica, en las que el incienso, la semioscuridad y las velas encendidas crean un estado especial de receptividad emotiva.
En los mitines, había que tener en cuenta la habilidad de los oradores para alternar lapsos de tensión discursiva con comentarios relajados, manteniendo así a la multitud expectante. Las directivas para la "creación de entusiasmo" en la multitud (arengar a la masa, entonar himnos combativos, acompañar las consignas con movimientos del cuerpo, por ejemplo el puño en alto, lo que constituía la llamada "gimnasia revolucionaria") son en buena parte acústicas; los "tóxicos sonoros", como los llama De Felice. El ritmo y la cadencia de los sonidos van acompañado de un bloqueo de la conciencia, propiciando un estado de naturaleza hipnótica. La música instrumental es el más eficaz de estos tóxicos. En ella, los instrumentos de percusión ocupan el lugar preponderante, ya que son los encargados de llevar el ritmo. El timbre de algunos instrumentos como la trompeta tiene la propiedad de causar una exaltación general.
15. La violencia psíquica
Un rasgo característico de la propaganda hitleriana era crear alrededor del nombre del líder una especie de leyenda de héroe nacional, para mantener a las masas en un estado de esclavitud psíquica. Hitler afirmó en su libro "Mein Kampf" ("Mi lucha") que "la propaganda política es el arte esencial de guiar políticamente a las grandes masas". Y en el congreso de Nuremberg de 1936 exclamó: "la propaganda nos ha llevado hasta el poder, la propaganda nos ha permitido conservar desde entonces el poder; también la propaganda nos concederá la posibilidad de conquistar el mundo".
Si se trata de teorizar acerca del rol de la propaganda en el III Reich, nadie mejor que los propios involucrados. Goebbels decía al respecto que "la propaganda debe tender a simplificar las ideas complicadas". Hitler precisa en su libro (transcripto en su mayor parte por su adláter Rudolf Hess en prisión luego del fallido Putsch de Munich en 1923): "hay que reducir tanto más el nivel intelectual de la propaganda cuanto mayor es la masa de hombres a los que se quiere llegar".
La propaganda hitleriana se valía del sentimiento nacional del pueblo alemán, de su tendencia chauvinista. Otros aspectos de este fenómeno eran la persecución antisemita (encarada con una brutalidad tal desde la propaganda hasta convertirse en su talón de Aquiles en el exterior) y la demagogia social desenfrenada en el orden interno. Uno de los atributos característicos del fascismo, la valoración positiva del uso de la violencia, se refleja en las siguientes palabras de Hitler: "la primera de las condiciones para el éxito consiste únicamente en la aplicación perpetuamente uniforme de la violencia". La "persuasión por la fuerza", campañas propagandísticas cuya base era el miedo, era el denominador común. Rara vez en los discursos del führer dejaba de haber un llamamiento a la violencia, una amenaza velada o una apología de la fuerza militar.
Domenach decía que "el hitlerismo corrompió la concepción leninista de la propaganda e hizo de ella un arma en sí, de la que servirse indiferentemente para todos los objetivos. Las consignas leninistas tenían una base nacional, aunque se adhieran en definitiva a unos instintos y a unos mitos fundamentales. Pero cuando Hitler lanzaba sus invocaciones sobre la raza y la sangre a una muchedumbre fanatizada, que le respondía con sus ‘Sieg Heil ’, sólo le preocupaba sobreexcitar en lo más hondo de ella el deseo de poderío y el odio. Esta propaganda no designa unos objetivos concretos: se vierte en forma de gritos de guerra, de imprecaciones, de amenazas y de vagas profecías, y si hay que hacer promesas, éstas son tan insensatas que sólo pueden llevar al ser humano a un nivel de exaltación en el que éste contesta sin reflexionar".
Otra regla es la de no hablar nunca en condicional. "Sólo la afirmación indicativa o imperativa nutre la psicosis de poderío y la psicosis de terror entre los enemigos. ("Mein Kampf "). Por otro lado, Hitler le asignaba a la unidad de mando el éxito de cualquier propaganda política, ya que, según él, "el fuerte es más fuerte cuando se queda solo". Constantemente en sus discursos se repetía que los nazis eran los vencedores -o que vencerían-, para "provocar la fuerza de sugestión que procede de la confianza en uno mismo". Este precepto está estrechamente ligado a otra característica de la propaganda hitleriana: el empleo de la mentira.
Lo que Hitler comprendió a la perfección -sin conocer la teoría de los reflejos condicionados- en lo que refiere a las condiciones del éxito de su propaganda, fue la regla de su repetición. Dice al respecto: "todo el genio desplegado en la organización de una propaganda no lograría éxito alguno si no se tuviera en cuenta, siempre con el mismo rigor, un principio fundamental: debe limitarse a un número reducido de objetos y repertirlos constantemente. La perseverancia es la primera y más importante condición del éxito". Por esta razón machacaba sin cesar en las masas sus slogans o "divisas-microbio", sus símbolos sonoros y escritos.
16. Goebbels y sus estrategias propagandísticas
Joseph Goebbels -quien paradójicamente había sido criado en una casa de tradición judía al igual que su mujer, Magda- fue quizás el único verdadero intelectual de los altos mandos nazis. A cargo del Ministerio de Propaganda, se convirtió en el principal aliado de Adolf Hitler en su tarea de obnubilar a las masas mediante tácticas maquiavélicas de manipulación de información y control absoluto sobre prensa gráfica, radio, cine, arte, literatura e incluso teatro.
La información acerca de los alemanes era obtenida mayormente de la Sicherheist-Dienst (SD) de la policía secreta. Además, Goebbels dependía de sus propias Oficinas de Propaganda del Reich, de funcionarios alemanes y de contactos con civiles o soldados. Los datos sobre países aliados, neutrales o enemigos eran recopilados a partir de espías, conversaciones telefónicas interceptadas e interrogatorios de prisioneros.
En la línea del centralismo de poder nazi, Goebbels concentraba en su figura la mayor cantidad de funciones posibles dentro de su Ministerio. Esto llevó a roces con titulares de otras carteras (el Ministerio de Asuntos Extranjeros incluso el Ejército).
Un asunto muy importante en estos menesteres era el de la credibilidad: sólo ésta debía determinar si los materiales de la propaganda habrían de ser ciertos o falsos. Para Goebbels lo importante era lo expeditivo y no lo moral. Para mantener la credibilidad, sin embargo, la verdad debía ser utilizada con la mayor frecuencia posible. Por ende, las mentiras eran útiles cuando no podían ser desmentidas.
No se tenía el menor escrúpulo respecto del uso de la censura. "La política de las noticias -aseveró Goebbels- es un arma de guerra; su propósito es el de hacer la guerra y no el de dar información". La política habitual consistía en suprimir materiales considerados indeseables para el público alemán para luego usarlos como propaganda en el exterior si eran apropiados. Por ejemplo, las historias referentes a un supuesto canibalismo de los rusos eran difundidas en países extranjeros, pero no en Alemania para no aterrorizar a los familiares de los soldados.
Un elemento manejado con maestría por parte de Goebbels era la llamada "propaganda negra". Se denominaba así a aquel material cuya fuente quedaba oculta para la audiencia. Se presumía que el hecho de desperdigar rumores para que actuaran por sí solos como propaganda tendría más posibilidades de ser creído si las autoridades alemanas no estaban relacionadas con él. También se utilizaban medidas negras para combatir rumores indeseables dentro del Reich, ya que una desmentida oficial, según Goebbels, no haría más que reforzarlos.
Otra metodología significativa era etiquetar los acontecimientos y las personas con frases y consignas distintas pero fácilmente retenibles. La tarea de Goebbels consistía en vincular los sucesos con los cliché verbales que iban a adquirir un especial significado. Estas denominaciones debían ser utilizadas una y otra vez, pero sólo en las situaciones apropiadas. "Prohibo utilizar la palabra Führer en la prensa -dijo Goebbels- cuando es aplicada a Quinsling, pues no considero justo que se aplique el término Führer a ninguna otra persona que no sea el propio Führer".
Otro de los principios propagandísticos de Goebbels cuya comprensión ayuda a explicar el fenómeno de persecución y exterminio de minorías (judíos, gitanos) era el que rezaba que "la propaganda debe facilitar el desplazamiento de la agresión, especificando los objetivos para el odio". En general, la táctica era desplazar la agresividad alemana hacia algún grupo marginal como los antes citados.
Por último, el propio Goebbels reconocía seis situaciones en las que la propaganda era impotente o tenía muy escaso margen de acción:
  • Impulso básico sexual
  • Impulso básico del hambre
  • Intentos de aumentar la producción industrial
  • Alteración de impulsos religiosos
  • Ataques aéreos enemigos
  • Situación militar desfavorable
Fue ante estos acontecimientos -principalmente los dos últimos-, generalizados a lo largo del territorio alemán a partir de 1943, que el régimen nazi comenzó a desmoronarse hasta la capitulación a principios de 1945. Posteriormente, como es sabido, se suicidaron Adolf Hitler, Heinrich Himmler (a cargo de la consolidación de las Schutzsaffel, conocidas como SS, la GESTAPO y la red de campos de concentración) y Joseph Goebbels, quien junto con su esposa envenenó a sus hijos para posteriormente quitarse su propia vida..
Notas finales
A grosso modo, la propaganda hitleriana esta caracterizada principalmente por tres elementos:
  • Renuncia a las consideraciones morales.
  • Apelación a la emotividad de las masas.
  • Empleo de reglas racionales para la formación de reflejos condicionados conformistas en las masas.
Es imprescindible el análisis a fondo de la propaganda fascista y su impacto en las masas para así comprender cómo las masas fueron engañadas, desorientadas y sumidas a influencias psicológicas.
En Alemania, tanto Hitler y Goebbels, las dos personalidades más notorias del movimiento nazi, como sus adláteres (entre los que se destacan Hermann Göering, quien sólo estaba detrás del Führer en la cadena de mando; Hjalmar Schacht, quien manejaba el Reichsbank y la cartera de Economía; Baldur von Schirach, líder del movimiento juvenil nazi; Ernst Roehm, quien formó las Sturmabteilung o SA y fue asesinado durante la llamada "Noche de los Cuchillos Largos" en 1934) son los referentes ineludibles de este fenómeno. Mussolini, por su parte, sólo contaba con un Ciano a su disposición para estos fines, pero fue el inspirador de muchas de las técnicas adoptadas por Hitler durante su estadía en el poder.
Quizás una de las dinámicas inherentes a las técnicas propagandísticas, el bluff en todo momento y lugar, haya sido uno de los factores que contribuyó al derrumbe de esta parafernalia -y luego del propio régimen- al volverse contraproducente en momentos de reveses bélicos e incertidumbre en la población civil.
17. Nazismo en Alemania
La era de la república
Alemania sucumbió al fascismo mucho después que Italia, debido a que las fuerzas del nacionalismo y el militarismo habían pasado por un período de temporario descrédito a raíz de la derrota sufrida por la nación alemana en la primera Guerra Mundial. De 1918 a 1933,Alemania fue una república. La revolución que derrocó al Káiser llevó al poder a una coalición de socialistas, centralistas y demócratas liberales. En 1919, los dirigentes de los tres partidos redactaron la constitución de Weimar. Estipulaba el sufragio universal, el régimen de gobierno ministerial y una Carta de derechos que garantizaba no sólo las libertades de derechos tradicionales, sino el derecho del ciudadano a disponer una ocupación, a recibir una educación y a estar protegido contra los riesgos de la sociedad industrial.
Los reaccionarios y otros extremistas conspiraban infatigablemente contra ella. El caos económico que había sido el amargo saldo de la paz impuesta por los aliados, hubieran minado la confianza popular en cualquier régimen. A todo esto, el pueblo alemán tenía muy poca experiencia en materia del gobierno democrático. La república de Weimar era el fruto de una revolución impuesta por la fuerza a la nación alemana en la hora de la derrota.
Causas determinantes del triunfo del nazismo en Alemania: la derrota en la guerra
Los factores que llevaron al triunfo final del nazismo alemán fueron variados. El primero fue el sentimiento de humillación nacida de la derrota. El pueblo alemán no podía creer que sus invencibles ejércitos hubieran sido vencidos realmente en el campo de batalla. No tardó en crecer y alimentarse la leyenda de que la nación germana había sido arteramente "apuñalada por la espalda" por los socialistas y judíos del gobierno.
La inflación de 1923
El segundo factor entre cuantos condujeron al nacimiento y desarrollo del movimiento nacionalsocialista, fue la rápida inflación de 1923; producto en buena parte de la invasión y ocupación del valle de Ruhr por un ejército francés. Los franceses sostuvieron que los alemanes estaban deliberadamente eludiendo satisfacer el pago de las reparaciones de guerra y que la única manera de obligarlos a cumplir con lo pactado era introducir fuerzas militares en su territorio. Alentados por el propio gobierno, los trabajadores se declararon en huelga. El gobierno alemán trató de apoyarlos emitiendo enormes cantidades de papel moneda. El marco alemán había sido ya desvalorizado a raíz de los pagos por reparaciones de guerra y la continua fuga de las reservas de oro, pero a partir de ese momento el proceso de desvalorización de la moneda se precipitó en un verdadero tobogán. La carrera de desvalorización adquirió una velocidad fantástica, hasta que llegó al fondo del pozo en noviembre de ese año.
Debido a que los agricultores no podían seguir aceptando el marco en pago de sus productos, al gobierno no le quedó otro remedio que emitir un nuevo circulante respaldado con riqueza tangible. Los efectos de esta formidable inflación y el consiguiente repudio del pueblo alemán, fueron desastrosos para ciertas clases. Los miembros de la pequeña burguesía, que obtenían sus ingresos de salarios o rentas fijas, se vieron de la noche a la mañana reducidos a la miseria.
Por otra parte, miles de astutos especuladores medraban a costa de la situación y se hacían ricos rápidamente; en unos casos especulando sobre las fluctuaciones del marco y en otros casos comprando por centavos grandes negocios y saldando el remanente de la deuda con circulante desvalorizado. Algunos eran judíos, pero abundaban también los alemanes de pura raza aria que no vacilaron en hacerse una fortuna por ese medio. Lo cierto es que, la avidez de los especuladores ejerció un desastroso efecto entre los despojados miembros de la pequeña burguesía, acentuando su descontento.
Del militarismo y el terror al bolcheviquismo
Entre otros factores que contribuyeron al nacimiento del nacionalsocialismo cabe el hecho de que Alemania había sido siempre un Estado militar, imbuido de las más profundas tradiciones de orden y disciplina. Las virtudes de subordinación, disciplina y obediencia, características de la vida militar, eran las virtudes cardinales de la moral nacional, caras por ello mismo al alma del pueblo. En consecuencia, muchos patriotas comenzaron a demostrar su preocupación por la irresponsabilidad y el relajamiento que parecían caracterizar al régimen republicano de gobierno.
Otras de las causas concurrentes era el temor general al comunismo. Los marxistas alemanes dieron en llamarse a sí mismos espartaquistas. Luego habrían de adoptar el nombre tradicional de comunistas. En las elecciones presidenciales de 1932, el Partido Comunista Alemán consiguió más de la séptima parte del total de votos escrutados. Tal como sucediera en su momento en Italia, muchos capitalistas y propietarios comenzaron a dar señales de alarma ante el auge de lo que consideraban un inminente peligro de revolución bolchevique y, secretamente, empezaron a apoyar a los nazis.
Los efectos de la depresión
El factor más importante que precipitó el triunfo final del nazismo, fue la gran depresión. Ello resulta del hecho de que el Partido Nacionalsocialista jamás había podido obtener más de 32 bancas en el Reichstag antes de las elecciones de 1930. Después de 1929 consiguió el apoyo de los campesinos, los estudiantes universitarios, de millones de desocupados y de los agricultores; con la esperanza de ver aliviada su situación al borde del colapso.
Todas las profesiones estaban saturadas de graduados con un título abajo del brazo y ninguna perspectiva visible de progreso. Jóvenes que jamás habían conseguido un empleo y que no podían por lo tanto aspirar ni siquiera a las compensaciones gubernamentales por desempleo, fueron fácil presa de las activas promesas de los agitadores nazis. Los más viejos cayeron a su vez, víctimas del juego. La mayoría de la población no se había entregado al nazismo, pero la desesperación general rea tan grande que habría de llevarlos fatalmente a hacharse en brazos del primero que prometiera liberarlos de la confusión y el miedo. Para la mayoría de ellos, la pérdida de libertad política e intelectual era un sacrificio mínimo comparado con los beneficios representados por la prometida seguridad económica.
18. La revolución nazi
La revolución nazi comenzó de una manera al parecer inofensiva. En el verano de 1932, el régimen parlamentario se había desmoronado. Ningún canciller podía conservar el apoyo de la mayoría en el Reichstag, pues los nazis se negaban sistemáticamente a apoyar a cualquier ministerio que no estuviera encabezado por Hitler, y los comunistas, por su parte, eran opuestos a colaborar con los grupos socialistas. En enero de 1933, un grupo de reaccionarios compuestos por industriales, banqueros y junkers presionaron al presidente von Hindenburg para que designara canciller a Hitler.
Estaba dispuesto que sólo habría tres nazis en el gabinete. Pero los auspiciadores del plan no supieron advertir el tremendo renacimiento de los sentimientos nacionalistas que respaldaban el movimiento nazi. Hitler no perdió el tiempo y aprovechó al máximo ésta oportunidad. Procedió a intimidar a sus opositores con todas las armas que poseía, suprimiendo las organizaciones gremiales y tomando enérgicas medidas contra comunistas y socialistas. Persuadió a von Hindenburg para que disolviera el Reichstag y convocara a nuevas elecciones el 5 de marzo.
Los nazis obtuvieron menos de los votos populares necesarios para asegurarse la mayoría, con un porcentaje de apenas 288 bancas sobre el total de 647. Pero, sumando los 52 representantes elegidos por sus aliados, Hitler obtuvo los votos necesarios para que se le acordaran poderes prácticamente ilimitados.
Consolidación del régimen nazi
En el término de pocos mese, otros cambios más drásticos y radicales habrían de sobrevenir. Alemania altamente centralizado a partir de la destrucción del principio republicano federal. Todos los partidos políticos, con excepción del nacionalsocialista, fueron declarados fuera de la ley. El control totalitario se extendió a la prensa, la educación, la actividad cinematográfica y teatral, la radio y muchas ramas del comercio y la industria. Comenzaron a tomarse drásticas medidas contra los judíos, que fueron eliminados de los puestos públicos, privados de su ciudadanía y proscritos de toda actividad teatral y editorial, excluyéndoselos al mismo tiempo de las universidades.
Los radicales del partido se fueron envalentonando, hasta exigir que se prestara más atención a los aspectos "socialistas" del programa nazi. Una facción interna, acaudillada por Ernest Roehm comenzó a criticar la política del gobierno, tildándola de excesivamente conservadora, hecho que movió a Hitler a acusarlo de conspirar para derrocarlo. El resultado fue que Roehm y por lo menos un centenar de sus partidarios fueron asesinados por Hitler, Goering y la policía secreta. Con el correr de los años, todo el régimen pareció desplazarse hacia una orientación cada vez menos radical.
Los elementos de debilidad
El imperio nazi, a pesar de su aparente fortaleza, sería derrotado; ante todo por la formidable coalición que pudo ser organizada en su contra, pero también porque detrás de las apariencias impresionantes escondía importantes elementos de debilidad. En primer lugar, los propios de todo imperio que, llegado un grado de crecimiento, ve aumentar proporcionalmente las dificultades de organización y de represión de las oposiciones que suscita. Agréguese la incapacidad de ganarse la buena voluntad de los aliados y las rivalidades internas entre la SS, la Gestapo, el ejército y los principales dirigentes que rodeaban a Hitler y pugnaban por desplazarse los unos a los otros. Súmese igualmente al carácter di Hitler, personalista, reacio a los asesoramientos y proclive a conducir la política o las operaciones militares dejándose llevar por factores irracionales; su concepción de la guerra relámpago impidió una preparación industrial para grandes plazos y una movilización mejor de sus grandes recursos potenciales. Y el panorama se completa con la resistencia cada vez mayor de las poblaciones sometidas y la organización de movimientos de rebeldía que se transformarían en una verdadera guerra de guerrillas.
El fascismo alemán comparado con el fascismo italiano. El racismo.
En cuanto a su filosofía, puede decirse que el fascismo alemán tenía una manifiesta afinidad con su congénere italiano. Ambos movimientos eran esencialmente colectivistas, autoritarios, nacionalistas, militaristas y románticos por definición (en el sentido de su antiintelectualismo). Pero mediaban, no obstante, algunas diferencias manifiestas. El fascismo italiano nunca tuvo una base racial. Si bien es cierto que después de la formación del eje Roma–Berlín, Mussolini promulgó algunos decretos antisemitas, la mayoría de ellos parecen no haber sido cumplidos al pie de la letra. Por el contrario, el nacionalismo hizo del factor racial el pilar central de su teoría, argumentando que la raza aria tenía en los nórdicos sus más perfectos exponentes, era la única en todo el género humano que había hecho contribuciones realmente significativas al progreso de la humanidad. Sostenían además, que las grandes obras y las cualidades intelectuales de un pueblo eran fatalmente determinadas por la sangre. Deducían de ello que ninguna ciencia, literatura i música judía podrían representar jamás a la verdadera nación alemana. Pero la verdadera razón por la que los nazis persiguieron a los judíos parece radicar en el hecho de necesitar imperiosamente una víctima propiciatoria sobre cuyas espaldas descargar la responsabilidad de los graves problemas que afligían a la nación.
Otra de las diferencias entre el fascismo alemán e italiano, reside en el hecho de no haber sido plenamente desarrollado en Alemania el Estado en su forma corporativa. Por supuesto, una y otra forma de fascismo implicaban por igual la abolición del derecho de huelga y el absoluto sometimiento de las actividades económicas al control político, pero en Alemania no existía ninguna forma de representación directa de los intereses económicos en las altas esferas del gobierno. Los miembros del Reichstag siguieron siendo elegidos por el sistema de distritos geográficos y el Estado conservó su carácter exclusivamente político. Finalmente, puede decirse que el nacionalsocialismo era mucho más vehemente y fanático que el fascismo italiano.
El gobierno del Tercer Reich
A pesar de los profundos cambios teóricos del nuevo régimen, se permitió que perduraran muchas de las formas tradicionales del antiguo régimen. Técnicamente, la nación seguía siendo una república. Hitler añadió inmediatamente a la autoridad que ya poseía como canciller, la de presidente, y con el consentimiento de la nación, manifestado a través de un plebiscito, adoptó el título de Fuehrer und Reichskanzler (líder y canciller del Reich). El parlamento alemán fue también conservado, aunque pasó a ser un cuerpo unicameral reducido exclusivamente al Reichstag.
Complejidad de los fundamentos de la importancia histórica del fascismo
La importancia histórica del fascismo en cualquiera de sus dos manifestaciones, italiana o alemana, sigue siendo un tema de controversia que divide a los estudiosos de la historia moderna. Algunos argumentan que sólo se trató de un movimiento de entronización de la fuerza por parte de los grandes capitalistas empeñados en rescatar el derrumbe a su agonizante sistema. Pero ni el fascismo de Mussolini ni el nacionalsocialismo alemán mostraron en sus comienzos ninguna inclinación por proteger los interese de los monopolios. El propósito que los animaba era diametralmente opuesto; aunque no debemos olvidar que la toma del poder en ambos casos dependía en alguna medida del apoyo de los terratenientes y capitanes de la industria. Otra de las interpretaciones de fascismo pretende explicarlo como una reacción de los deudores contra sus acreedores.
Otros historiadores del movimiento lo interpretan como una rebelión contra el comunismo. Lo más probable es que el fascismo haya sido una combinación de todos esos factores y de otros que no figuran en la lista. Se podría decir que era un producto del orgullo nacional y de una demanda de fuerza y eficacia para solucionar los problemas de una sociedad caótica, indescriptiblemente complicada por la segunda revolución industrial y por la desilusión y el colapso económico que sucedieron al estallido de la primera Guerra Mundial.
19. Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
Las víctimas
El número de muertos (según las cifras más aceptadas) llegó a 50 millones. A esta pavorosa cifra hay que sumar las perturbaciones de los prisioneros, las secuelas de los campos de concentración, la desorganización familiar, el hambre y le esfuerzo de adaptación de los soldados vueltos a ala vida civil.
La destrucción
Desaparecieron ciudades, vías férreas, carreteras, puentes y plantas industriales, así como se afectaron los campos más fértiles.
Los vencidos:
Alemania debió aceptar la rendición incondicional y los aliados dividieron su territorio en cuatro zonas de ocupación (norteamericana, inglesa, francesa y soviética). La ciudad de Berlín, situada en la zona rusa, también fue dividida en cuatro zonas de ocupación. El tratado de paz firmado entre los E.E.U.U. y algunos de sus aliados con el Japón, no fue suscrito por la U.R.S.S.
Alemania sufrió el desmantelamiento de su aparato industrial.
Los cambios territoriales
Austria y Checoslovaquia recuperaron su autonomía. La frontera polaca siguió la línea del Order-Neisse; en consecuencia, Alemania perdió la Prusia Oriental y los territorios ubicados al este de dicha línea. Los aliados de Alemania (Bulgaria, Hungría, Rumania y Finlandia) firmaron tratados de paz con los aliados, imponiéndose las condiciones dictadas por los soviéticos que ocupaban esos países.
Italia perdió su imperio colonial; Trieste fue entregada a una comisión internacional, en tanto que l Venecia Julia pasó a manos de Yugoslavia. Japón perdió sus conquistas. China recuperó Formosa, y la U.R.S.S., Salajín. Los E.E.U.U., por su parte, ocuparon posiciones estratégicas en el Pacífico, y Corea quedó ocupada por fuerzas norteamericanas y soviéticas.
Los cambios políticos
Europa perdió el poder global que conservaba de la guerra. Nació una "bipolaridad" del poder encarnado por dos superpotencias: E.E.U.U. y U.R.S.S. Algunas monarquías cedieron paso a regímenes republicanos: tales los casos de Italia, Yugoslavia, Albania, Rumania y Bulgaria. El "mundo comunista" extendió su influencia sobre Europa Oriental y los Balcanes. Se planteó un nuevo conflicto ideológico: por un lado los cumistas y, por otro, las democracias occidentales. Nació la "era nuclear" y, paulatinamente, fue imponiéndose un nuevo "equilibrio del terror".
La Naciones Unidas: un instrumento creado para servir la paz internacional
Las divergencias y los diferentes puntos de vista entre las naciones no impidieron buscar una fórmula de compromiso que analizara las relaciones entre los países.
Cuando culminaba la guerra (ya próximas a ser derrotadas las potencias del Eje), los aliados determinaron integrar un organismo internacional para afianzar la paz y la colaboración entre las naciones.
Esta nueva organización venía a reemplazar a la malograda Sociedad de las Naciones, surgida luego de la Primera Guerra Mundial. Las bases de esta entidad internacional se elaboraron en la Conferencia realizada en Dumbrton Oaks (E.E.U.U.) entre agosto y octubre de 1944 con la presencia de delegados de los E.E.U.U., la U.R.S.S., Francia, Gran Bretaña y China.
La carta de la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.) fue redactada en San Francisco, por los representantes de 50 naciones, entre abril y junio de 1945. La constitución oficial se produjo al firmarse la Carta, el 24 de octubre del mismo año.
Estas naciones comenzaron un gigantesco esfuerzo, primero defensivo, luego ofensivo, que no terminaría hasta el día de la victoria.
El tono de la vida política de 1942-1945 se hizo distinto:
  • Hubo tregua entre los grandes partidos y se formaron gobiernos de unidad nacional en los que la responsabilidad era compartida por mayorías y minorías.
  • Los partidos comunistas de Occidente cambiaron de actitud, no sólo con respecto a la guerra –a la que hasta 1941 habían considerado imperialista- sino con respecto a la lucha de clases, que fue postergada por el objetivo primordial de vencer al nazismo.
  • El antifascismo se convirtió en la gran consigna de la hora. El anticomunismo, que había tenido hasta entonces considerable influencia en la vida política de Occidente, quedó eclipsado por una corriente de simpatía hacia la resistencia de la URSS frente a la invasión nazi.
  • En los tres grandes Estados se produjo, de hecho, una gran concentración de poder en manos de los principales estadistas del momento: Roosvlet, Churchill, Stalin.
  • El régimen soviético, con respecto a cuya solidez interna se habían planteado tantas dudas en el momento de la invasión alemana, dio un rotundo mentís a aquellas especulaciones con la unidad y determinación mostradas en el rechazo del invasor.
  • Los grupos dirigentes de preguerra se eclipsaron en muchos países, dando paso a elementos más eficaces y dinámicos; de los movimientos de resistencia surgió una corriente de renovación de la vida política.
  • Tanto en los documentos públicos como en las manifestaciones de los estadistas surge la promesa de un mundo de futuro distinto, con cambios políticos, sociales y económicos profundos. Estos propósitos fueron enunciados por primera vez en un documento internacional en la Carta del Atlántico (Roosvelt-Churchill, el 14 de abril de 1941). Se proclamaba en ella el respeto por el derecho de autodeterminación de los pueblos, el deseo de que existan en el futuro "normas mejoradas de trabajo, desarrollo económico y seguridad social", y la confianza de que "después de la destrucción final de la tiranía nazi…los hombres puedan vivir libres de temor y la necesidad". Los documentos posteriores reafirmaron y desarrollaron estos principios con la adhesión de loa otros Estados de la coalición. Y los movimientos populares, particularmente los de resistencia, los proclamaron como objetivos primordiales de la guerra junto a la derrota del nazismo.
Propósitos fundamentales de la O.N.U
  • Mantener la paz y la seguridad internacional.
  • Fomentar relaciones amistosas entra las naciones y la solidaridad internacional.
  • Promover la cooperación internacional para la resolución de problemas de orden económico, social y cultural.
La Guerra Fría: tensión entre las potencias
La derrota del totalitarismo nazi-facista no garantizó las buenas relaciones entre las potencias vencedoras. Los enfrentamientos ideológicos, mantenidos latentes entre los "tres grandes" durante la guerra, afloraron apenas ésta terminó. El año 1947 se señala como el de la iniciación de la "guerra fría", expresión usada para definir la tensión entre los bloques opositores (la U.R.S.S. y las llamadas "democracias populares" frente a las democracias occidentales). Ambos bloques iniciaron una carrera armamentista que llegó al borde de a "guerra caliente", mediante un espionaje internacional organizado, permanentes reclamos diplomáticos, y una eficiente propaganda.
La "Doctrina Truman"
Muerto el presidente Roosevelt, quien mantuvo una política de concesiones frente a la U.R.S.S., las relaciones ruso-norteamericanas fueron variando. Truman replanteó la política de su país: para ello, tuvo en cuenta los exitosos avances soviéticos sobre Europa Oriental y Central y en ciertas regiones de Asia, que perturbaban peligrosamente el equilibrio del poder. En consecuencia, la "doctrina Truman" buscó reforzar una política de contención de la influencia soviética.
El bloqueo de Berlín
Un episodio culminante de la "guerra fría" tuvo lugar en la ciudad de Berlín, situada dentro de la zona soviética; pero ocupada por norteamericanos, rusos, franceses y británicos. De hecho, esta ocupación se agrupó en dos sectores: el occidental (norteamericano, británico y francés) y el oriental (soviético). Las diferencias culminaron cuando los rusos retiraron su delegado ante el Estado Mayor Aliado y dispusieron el bloqueo de la ciudad hacia Berlín Occidental (23 de junio de 1948). Cerrados todos los accesos, los aliados se vieron obligados a instrumentar un "puente aéreo", que permitió el abastecimiento de la ciudad y, con el cual, se eludió el bloqueo. La situación se tornó muy tensa hasta el 12 de mayo de 1949, fecha en que los rusos levantaron el bloqueo.
El mundo al borde de otra guerra
En Cuba triunfó una revolución encabezada por Fidel Castro contra el dictador Fulgencio Batista (1956). En 1961, el líder cubano proclamó la República Socialista y se adhirió al marxismo-leninismo. La asistencia económica, técnica y militar de la U.R.S.S. fue, cada vez, más efectiva.
En 1962, ante la evidencia de la instalación de misiles atómicos (de origen soviético) en aquella nación antillada, los E.E.U.U., a través de su presidente John F. Kennedy, exigieron el retiro del armamento. Tras angustiosas tratativas, que colocaron al mundo al borde de una nueva guerra, los rusos se vieron forzados a desmantelar su aparato bélico.
El "Plan Marshall": la asistencia económica norteamericana
Finalizada la guerra, los países europeos presentaban un cuadro económico ruinoso que amenazaba provocar serios conflictos sociales. Ante la presunción de que tales perturbaciones pudieran ser aprovechadas por el comunismo, los E.E.U.U. estudiaron la posibilidad de efectivizar un crédito para sus aliados.
En 1947, el Secretario de Estado norteamericano, general George Marshall, presentó un proyecto de ayuda económica al cual se le adhirieron 16 países europeos.
Cómo funcionó el plan Marshall:
  • Los E.E.U.U. fijaron la cantidad de 17 mil millones de dólares para distribuir en cuatro años. El 80% sería entregado en donativos, y el 20%, en préstamos.
  • Los países más beneficiados fueron Gran Bretaña y la república Federal Alemana.
  • El gobierno norteamericano compraba mercaderías y las donaba a los países beneficiarios; éstos las revendían en el mercado interno. Los recursos obtenidos debían utilizarse en promover el desarrollo interno y en la lucha contra la inflación.
Sistema de alianzas militantes
Los aliados reforzaron sus vínculos entre sí y con los E.E.U.U. al promover un sistema de alianzas militares:
  • Organización del Tratado del Atlántico Norte (O.T.A.N.): Suscrito al 4 de abril de 1949 por los E.E.U.U., Gran Bretaña, Francia, Italia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Noruega, Dinamarca, Portugal, Canadá e Islandia. Posteriormente, se adhirieron Gracia, Turquía y la República Federal Alemana.
Mantiene un ejército común con el aporte de todos los países miembros. La comandancia queda reservada a un militar norteamericano.
  • Organización del Tratado del Sudeste Asiático (S.E.A.T.O.), suscrito en Filipinas en 1954 por los E.E.U.U., Gran Bretaña, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Paquistán y Tailandia. Es su finalidad contener la creciente influencia comunista de la República Popular China.
  • Pacto de Bagdad (febrero de 1955). Tratado de defensa mutua suscrito, inicialmente, por Irak y Turquía. Luego se incorporaron Gran Bretaña, Paquistán, Irán y Los E.E.U.U.
La réplica comunista: El Pacto de Varsovia
Desde el punto de vista geopolítico, este sistema de alianzas procuraba cercar a la unión Soviética y a la República Popular China.
La réplica comunista se concretó en el pacto de Varsovia (mayo de 1955), integrado por Albania (separada en 1962), Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, República Democrática Alemana, Polonia, Rumania y Unión Soviética. La República Popular China, Corea del Norte y Vietnam del Norte tenían delegados observadores.
Sistemas de alianzas económicas
También en el orden económico se crearon organismos de cooperación. Los más importantes fueron:
  • Organización Europea de Cooperación Económica (O.E.C.E.) vinculada al Plan Marshall.
  • Benelux, suscrito por Bélgica, Holanda y Luxemburgo (enero de 1948), con la intención de crear una unión aduanera.
  • Comunidad Económica Europea o Mercado Común Europeo (marzo de 1957). Creado con la intención de fortalecer las relaciones económicas de los Estados miembros y eliminar la competencia de otros países a través de la imposición de tarifas comunes y de la liberación de las aduanas.
Las grandes potencias occidentales
  • E.E.U.U.: al finalizar la Segunda Guerra Mundial, este país se constituyó en el verdadero vencedor. Su territorio no fue tocado por la conflagación y su economía prosiguió un notable ritmo expansivo, ya que su industria de guerra se convirtió en una industria de paz estimulada por la demanda interna y por el pedido de mercaderías destinadas al Plan Marshall.
Así, los E.E.U.U. se convirtieron en el Estado más rico del mundo: con el 7% de la población mundial, consume el 45% de sus riquezas.
  • Europa occidental: Las dos superpotencias (EEUU y URSS) desplazaron a los países de Europa occidental de la conducción política del mundo, tarea que detentaban desde varios siglos atrás.
El principal esfuerzo de los Estados Occidentales se canalizó hacia la reconstrucción y al restablecimiento de la producción. Desde el punto de vista político mantuvieron el sistema de gobierno que tenían antes de la guerra (activas democracias parlamentarias).
En Francia, se instauró la IV República (1947) y, ocho años después, luego de superar una grave crisis, el general Charles De Gaulle dio nacimiento a la V República.
En Gran Bretaña, el Partido Conservador, conducido por Winston Churchill, fue derrotado por el Partido Laborista, de tendencia socialdemócrata, que encabezaba Clement Attlee.
Alemania quedó dividida en dos estados: la República Democrática Alemana (tendencia comunista) y la República Federal Alemana (adherida a las democracias occidentales). Este último país se recuperó rápidamente y comenzó a gravitar en Europa, incorporándose al sistema de alianzas.
En Italia, un plebiscito realizado en 1946 abolió la monarquía e instauró la República.
El Bloque Oriental: La U.R.S.S. y las "Democracias Populares"
Al terminar la guerra, la política exterior soviética impuso "Estados satélites" que bordearon sus fronteras:
  • Bulgaria y Polonia fueron las primeras en sovietizarse.
  • Luego de la participación de Alemania, lo hizo la República Democrática Alemana.
  • Después de ofrecer una enérgica resistencia, Hungría, Checoslovaquia y Rumania, integraron en la órbita marxista.
  • Yugoslavia y Albania ingresaron al bloque oriental: pero luego se separaron para iniciar una política comunista desvinculada de las directivas de Moscú.
1956. En Hungría estalló un movimiento popular antisoviético que fue reprimido sangrientamente, mediante la intervención de las fuerzas rusas.
1968. En Checoslovaquia, el gobierno intentó liberalizar su política comunista. Las fuerzas coligadas en el Pacto de Varsovia penetraron en territorio checo e impusieron un gobierno pro-soviético.
El Bloqueo de los "No Alineados"
Entre la bipolaridad occidental y oriental, algunos Estados de África, Asia y América latina, constituyeron el bloque de países "no alineados". Estos países tienen, en general, algunos rasgos comunes:
  • Son subdesarrollados o en vías de desarrollo.
  • Muchos de ellos son naciones coloniales, independizadas después de la guerra.
  • Tienen un conjunto de problemas sociales y económicos más o menos semejantes.
  • Sin embargo, no constituyen un grupo homogéneo, como prueba la presencia de naciones tan diferentes como India, Arabia Saudita, Congo, Túnez, Ghana o Yugoslavia.
En la actualidad, el grupo de los "no alineados" contaba con un buen número de votos en la ONU, y por lo tanto, desempeñaba un papel cada vez más importante en la política internacional.
La descolonización: El "Mundo Colonial" se conmociona
El fin de la guerra trajo como consecuencia la decadencia de los imperios coloniales, creándose las condiciones que favorecieron al proceso de descolonización.
Las potencias colonialistas comprendieron los riesgos que significaba enfrentar las tendencias emancipadoras y debieron ceder a las pretensiones de sus colonias.
La prédica de la O.N.U., fue favorable a la descolonización. En sus asambleas generales se expresaron, a favor de este movimiento, E.E.U.U., U.R.S.S., los países latinoamericanos y los Estados árabes, asiáticos y africanos que habían ido incorporándose.
Hubo dos períodos de descolonización: gran oleada en Asia (llegó hasta la década del 50') y segunda oleada (a partir de 1955, que tuvo por centro la región africana).
Entre amabas etapas se ubica la Conferencia de Bandung (Indonesia), celebrada en 1955, con la participación de casi una treintena de Estados asiáticos y africanos. Tuvo el histórico significado de permitir expresarse a pueblos hasta hacía poco dependientes, deseosos de "afirmar su dignidad y su existencia ante las grandes potencias de ayer y de hoy".
Independencia de la India, Ceilán, Birmania y Malasia: duro golpe al colonialismo inglés
  • En la India, el movimiento nacionalista fue conducido por Ghandi (1869-1948), partidario de la técnica de "no cooperación" con los ingleses dentro del principio de la no violencia. Finalmente, el 3 de junio de 1947, el enviado británico Lord Mountbatten propuso un plan de partición de la India en dos Estados siguiendo un criterio de separación religiosa. Surgieron así, la Unión India (cuyo gobierno fue asumido por el Patido del Congreso, dirigido por Ghandi) y Paquistán (integrado por musulmanes).
  • La isla de Ceilán también obtuvo su independencia de Gran Bretaña en diciembre de 1947.
  • Birmania, ocupada durante la guerra por los japoneses, volvió a ser ocupada por los británicos. Surgió, entonces, una Liga Antifascista por la Independencia del Pueblo, integrada por partidos de diversas tendencias. Esta Liga condujo las negociaciones que culminaron con la independencia (4 de enero de 1948).
  • En Malasia la descolonización fue más lenta debido a los intereses económicos ingleses (plantaciones de caucho y minas de estaño). Por otra parte, no existía una población homogénea (40% de chinos, 40% de malayos y 20% de indios), hecho que acentuaba los conflictos raciales.
Loa británicos comenzaron por reconocer a la Federación Malaya (1948); pero esto no significó la independencia, pues los resortes del poder permanecieron en manos inglesas. Ante el continuo estado de insurrección, Gran Bretaña decidió reconocer a la Federación Malaya como un Estado independiente (agosto de 1957).
De esta manera podemos observar que concluyeron los regímenes fascistas en Italia y Alemania, pero no en España, dado que Franco continúa con éste régimen hasta la década del 70’.
20. Conclusión
Realmente no tenemos una idea concreta de cómo organizar y explicar lo que sentimos al terminar nuestro trabajo. La ira nos invadía mientras analizábamos la información, como por ejemplo los 50 millones de asesinatos provocados por una ideología tan asquerosa como ridícula, y nos seguimos preguntando cómo una doctrina completamente vacía de argumentos racionales puede traer las consecuencias que hoy en día seguimos sufriendo cuando vemos cruces svásticas dibujadas en las calles.
Si bien entendimos el significado de la palabra fascismo y analizamos el contexto histórico de su desarrollo, no logramos todavía comprender ni aceptar que esto realmente ocurrió, y que no es producto de la imaginación de ningún escritor.
Nos quedan más preguntas que respuestas, y pensamos que la única forma de encontrar las respuestas es no olvidando e intentar de a poco combatir las secuelas que dejó la enfermedad fascista en el período entre la 1ra y 2da Guerra mundial.







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